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Jamás fue cosa de soplar y hacer botellas

Por: Marilut Lluis O’Hara
Por: Marilut Lluis O’Hara

En serio muchas veces no puedo entender el cortoplacismo de gente a la que considero inteligente y pensante. Cuando votan a alguien lo hacen convencidos de que ese alguien hará cambios profundos y mágicos con un soplido. Y aunque empiecen los cambios prometidos, si no pasa por su calle o mejora su barrio, automáticamente ese al que votaron y resultó electo se convierte en una basura, una decepción y maldicen el voto que le dieron.

Hay un grupo en Facebook que se llama “Mario, hacé algo por favor”. Y allí entran todos los días personas que se quejan porque sus calles siguen con baches o el camión de la basura no pasa por el barrio, y acusan a Mario Ferreiro de ser un inútil, porque ellos le votaron para eso, para que arregle los baches de “sus” calles, y recoja “sus” basuras.

Ese grupo está integrado por menos de 500 de los aproximadamente 800 mil habitantes que tiene Asunción. No tengo ninguna intención de decir que porque son pocos sus reclamos no importan pero estoy convencida de que no reflejan lo que se está haciendo desde la Municipalidad.

Se quejan porque se agujerean las calles y no dicen nada cuando, después, quedan lizas y bien arregladas. Eso pasó en las avenidas Fernando de la Mora y Colón, por poner solo dos ejemplos, en donde se notó que el bacheo ya no es como el de antes, superficial, sino profundo y bien hecho.

Llegaron al colmo de tratar a Ferreiro como inútil e incapaz, porque se derrumbó un puente en la Avenida Artigas! Por supuesto que se armó un caos absoluto en el tránsito, qué esperaban? Que el intendente sacara alguna varita mágica y creara caminos alternativos de manera inmediata?

Lo que más rabia me da es que esa gente pensante, a la que, de alguna medida admiro vaya a saber por qué, recién ahora se siente con la obligación de denunciar la caótica situación de su calle. Durante los gobiernos colorados en la Municipalidad, casi todas estas personas se mantuvieron calladas, complacientes y tolerantes como si los baches y la basura acumulada fueran parte del paisaje que debían soportar diariamente.

Ah no, la tolerancia y la paciencia se terminaron con la llegada de Mario a la Municipalidad. Alguno me dirá que justamente por eso es que se votó al cambio que él prometía. Y tiene razón. Pero en lo que no la tiene es en que jamás se prometió que ese cambio sería instantáneo. Aquí hay una estructura podrida que debe ser atacada desde sus cimientos para vencerla. Y eso no se consigue de la noche a la mañana.

Ferreiro está realizando cambios profundos, nada superficiales, ni siquiera en los bacheos de las calles de Asunción. Si hubiera seguido el sistema de trabajo del gobierno anterior, posiblemente todas las calles estarían ya bacheadas, pero en menos de dos meses volverían a tener el mismo problema. Porque así se hacían las cosas antes, y ya no se hacen ahora.

No hay ni punto de comparación entre los gobiernos anteriores y el de Ferreiro. Aunque aún no mucha gente lo ve, Asunción está cambiando desde sus cimientos, y sí, es un cambio lento porque es profundo, de verdad, no maquillado. Y en algún momento esos que ahora están histéricos e impacientes lo descubrirán.

Me gusta la estrategia comunicacional de Mario de no responder a los ataques y los cuestionamientos. Sería absurdo que lo hiciera porque él jamás prometió que la cosa sería como soplar y hacer botellas.

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