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Monseñor Claudio Giménez, obispo de Caacupé, en una desatinada homilía del viernes 2 de diciembre, se había lanzado contra aquellos jóvenes con tatuajes, de quienes dijo que “tienen el alma vacía”. Lejos de preocuparse por cuestiones más profundas que atañen a la Iglesia Católica, el prelado desaprovechó su tiempo para ocuparse del tema e incluso, en forma despectiva y hasta ofensiva, tildó de “buenos para nada” a los jóvenes que optaron por tatuarse.
CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera.- El obispo cordillerano se despachó con todo contra los jóvenes justo en el año en que se abre el “trienio de la juventud” decretado por el Papa Francisco. La homilía del prelado fue considerada por muchos de ellos de “desacertada”, afirmando que “el tatuaje no le hace más bueno o más malo a una persona”.
Sin embargo, Giménez no lo entendió así y en un furibundo y hasta desubicado mensaje, manifestó en plena homilía en homenaje a la Virgen de Caacupé, que los jóvenes con tatuajes “deben tener claros los objetivos en la vida en vez de llenarse de tatuajes que no sirven para nada. ¿De qué les sirven los tatuajes? No sé, habla de un alma vacía en general ¿verdad?”, dijo.
La homilía fue dada el viernes último en el marco del Novenario por el Día de la Virgen de Caacupé. El mensaje apuntó a los jóvenes. Entre otras cosas, les pidió que trabajen por un país mejor y que dejen de lado la delincuencia.
No obstante, lo que generó la reacción de los jóvenes fue el rechazo de Giménez hacia aquellos que tienen tatuajes. El mensaje del prelado repercutió negativamente en los mismos, quienes se sintieron hasta agredidos por el obispo.
Las palabras del responsable de la Diócesis de Caacupé causaron una avalancha de críticas y un interminable debate en las redes sociales durante todo el fin de semana, especialmente por parte de aquellos que tienen tatuajes. “El mensaje uno lo tiene que dar con su propio testimonio, no con tatuajes. O superar las corrupciones en vez de seguir copiando en los exámenes o copiando notas, por ejemplo”, había expresado Giménez durante la Eucaristía.
La reacción de los jóvenes no se hizo esperar en las redes sociales y rechazaron categóricamente lo expresado por el obispo. Uno de los comentarios señalaba que “las palabras de monseñor Giménez son incorrectas e inapropiadas al punto de la ofensa. No porque se tenga tatuajes uno va a dejar de ser menos cristiano o menos solidario, tal como lo quiere hacer entender el obispo”.
Estas afirmaciones salieron al paso de las declaraciones del obispo, quien había dicho que “los jóvenes tienen la capacidad para ser solidarios, dejando de lado el egoísmo que impera actualmente en la sociedad”, en abierta alusión a los que tienen tatuajes.
Respecto al mensaje que quieren dar los jóvenes a través de tatuaje, monseñor Giménez había indicado que “a lo mejor hay buena intención; se quiere anunciar algún mensaje a lo mejor, no sé”. Estas afirmaciones igualmente fueron rechazadas por los internautas, quienes sostuvieron que existen muchos otros temas de interés nacional de los que el obispo pudo haberse preocupado, pero que no lo hizo. “Giménez perdió su tiempo en estupideces antes que preocuparse por cuestiones mucho más profundas. Le molestan los tatuajes pero no se preocupa de los niños de la calles o de los vendedores ambulantes que pasan malos momentos y maltratos”, se leía en otros escritos en las redes sociales.
PIDEN VALORAR MÁS A INDÍGENAS
En el séptimo día de novenario en homenaje a la Virgen de Caacupé, el obispo del Chaco, monseñor Lucio Alfert, presidió la celebración eucarística de este domingo. El encendido de la segunda vela de Adviento, en espera del nacimiento del niño Dios, inició la celebración eucarística dominical. En la ocasión, el obispo abordó el tema referente a los indígenas. Con el tema “Los jóvenes llamados a convivir fraternalmente en una sociedad pluriétnica y pluricultural”, se realizó ayer otro día del novenario de la Virgen de Caacupé.
La presencia de los indígenas fue el punto resaltante de la homilía. Fueron unos 2.500 indígenas que peregrinaron hasta la basílica de Caacupé, donde Alfert felicitó a los que llegaron tras viajar 400 kilómetros en bicicleta. Con la primera lectura se realizó en lengua Avá Guaraní, y la segunda, en Nivaclé. Las danzas de los pueblos originarios se realizaron en la bendición del altar y en el momento del ofertorio, lo que ganó el aplauso de los feligreses.
El prelado del Chaco pidió perdón “por la destrucción que estamos dando a la tierra y porque no se piensa en las generaciones venideras al hacerlo”, dijo. Un total de 41 colectivos llegaron procedentes del Chaco en el aniversario número 25 de las peregrinaciones de indígenas a Caacupé. El Novenario de Caacupé terminará este miércoles 7 y la celebración central será, como todos los años, el 8 de diciembre.
