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Algunas confusiones generan los recientes acontecimientos celebrados en la ciudad de Juan León Mallorquín. Se habla de 50 y 60 años de historia. “Son 50 años del proceso de transformación social y colectiva de nuestra comunidad”, manifestó el intendente Mario Noguera. Su cincuentenario es de elevación a municipio, pero 10 años más tiene como comunidad, fundada el 1 de noviembre del 1958.

JUAN LEON MALLORQUÍN (Dpto. de Alto Paraná).- Esta comunidad, la otrora Ka’arendy, está ubicada a 66 km de Ciudad del Este y a 262 km de Asunción. Su inicio se remonta a 1958, cuando surgió la pequeña localidad, pero creció rápidamente gracias a la laboriosidad de sus habitantes. Diez años después ya fue elevada a categoría de distrito. La actividad de la zona es la agricultura.

En una época, allá por los años de la década del ’90, ésta población tuvo un sueño, el relacionado al petróleo. Fueron cavados algunos pozos y hasta se llegó a publicar que era un hecho el hallazgo del “oro negro”. No se hizo realidad aquel sueño.

El inicio de la colonización Ka’arendy fue dispuesto el 1° de noviembre de 1958 por el Instituto de Reforma Agraria (IRA), luego IBR y actualmente Indert.

La transformación a municipio se concretó el 25 de octubre de 1968, en que obtuvo la sanción de la Ley 20 por parte del honorable Congreso de la Nación y el 30 de octubre del mismo año, fecha en que se obtuvo la promulgación del poder Ejecutivo. El Primer Presidente de la Junta Municipal fue Pedro Juan Santacruz y el Primer Intendente, Pedro Pablo Ovelar.

Ka’arendy, en ese entonces, solo existía una carretera que unía la comunidad con Potrero Jardín y sobre ella los primeros colonos construían sus casas o ranchos de Pindó y paja. Los primeros moradores del lugar vieron la necesidad de abrir más calles. Como en esa época no existían todavía los tractores ni los camiones grandes, tuvieron que ingeniarse para abrir las calles, usando palas y machetes, azadas y otras herramientas propias de la agricultura.

Años después, la apertura y pavimentación de la Ruta N° VII, cambió el panorama de éste pueblo. Comenzó su repunte, aunque nunca pudo convertirse en una de gran movimiento, pero no le falta nada.

Durante el gobierno de Horacio Cartes tuvo muchas atenciones especiales, con la inauguran de 102 viviendas sociales. Fue con una inversión de la Senavitat y la Entidad Binacional Yacyretá. Los gastos ascendieron a G. 13.703 millones.

Luego la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), construyó una nueva Subestación transformadora, en este municipio. La inversión fue de 3.600.000 millones de dólares, para mejorar los servicios también a ciudades vecinas, como Yguazú, J. Eulogio Estigarribia, Juan E. Oleary, entre otras.

EL TAJY TENDRÍA 300 AÑOS

JUn símbolo de esta ciudad, sin dudas es el “Tajy Stroessner”. Es el imponente Lapacho ubicado al costado de la ruta VII, a poca distancia de llegar al centro urbano. Según expertos ya tendría unos 300 años de existencia.

El emblemático árbol, tras la caída de la dictadura, hasta intentaron derribarlo, desconocidos quemaron una parte del tallo. Luego fue “rebautizado” con el nombre de “Tajy Ka’arendy”.

En el año 2011 fue declarado como valor Natural y Cultural, a través de una ordenanza municipal. Lamentablemente hoy está siendo carcomido por termitas (kupi’i) y necesita de tratamiento serio para recuperar su vitalidad.

Asimismo, esta reliquia de la naturaleza estuvo a punto de ser derribado para la ampliación de la ruta VII, pero un grupo de jóvenes se movilizó y solicitó a las autoridades comunales y medioambientales a que busquen la forma de que esta ampliación no afecte al árbol, y se logró el objetivo. La doble vía desvía del mismo.

El añoso árbol de 7,5 metros de diámetro y aproximadamente 40 metros de altura. Se quedó de los extensos montes de la famosa selva del Paraná. Se llegó a llamar “Tajy Stroessner”, porque cuentan que el dictador, en su viaje al Este, siempre se quedaba a descasar en la sombra del gigantesco lapacho.