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ASUNCIÓN.- Juan Vera, quien hace tiempo era algo así como el paladín de la defensa de los consumidores, ha venido deteriorándose de manera asombrosa, al asumir posturas radicales que poco o nada tienen que ver con lo que otrora representaba. Ahora resulta que es el defensor del nigeriano chanta T.B. Joshua, de quien asegura que cura “el sida y la homosexualidad”.
Sin ningún tipo de vergüenza, Vera aseguró que el supuesto “profeta” Joshua logró que mucha gente sea sanada y liberada, incluso, algunos que se curaron del sida y la homosexualidad.
El personaje sigue representando a la Asociación de Usuarios y Consumidores del Paraguay (Asucop), y resultó ser el principal operador del nigeriano, de quien dijo que “tiene una trayectoria muy importante, es un evangélico 100 % purete, muy influyente en el ámbito político, económico y espiritual”.
Había sido que Vera es el presidente de la fundación que lleva el nombre del africano, que fue justamente la organización que pidió –y consiguió- que la Junta Municipal lo declare ciudadano ilustre de Asunción, y la Cámara de Diputados lo distinguiera con la Orden Nacional al Mérito Comuneros.
Realmente, después de todo lo que se publicó sobre este “mano-chanta” resulta increíble la cantidad de gente que juntó en sus presentaciones en el Estadio Defensores del Chaco, pero la realidad es dura e incuestionable. Vera dijo que el alquiler del lugar se pudo realizar con las donaciones que hicieron seguidores de Joshua en el país.
En una entrevista radial, Vera dijo que la organización de Joshua trabaja a través de comités nacionales en los distintos países en donde es recibido, como México, Perú, Colombia y Paraguay. El africano elige a los líderes de su organización en cada uno de estos países y los deja a cargo de organizar su viaje. Por un lado, según el seguidor del chanta, los actos se pagan con donaciones, y por el otro, aseguró que el mismo supuesto pastor paga todos los costos “de su paso por el país”.
Los poderes de Joshua parecen infinitos, según Vera, puesto que “hay sillas de ruedas que se dejan, sida, homosexualidad (en sus encuentros). Son sanados de manera inexplicable”.
“Si se le rinde tantos honores al papa Francisco, ¿por qué no a una persona con rango de dignatario? ¿Por qué comenzar un ataque, incluso en el seno de las iglesias evangélicas?”, cuestionó.
