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ASUNCIÒN.- (Por José María Troche). No creo ser el primero en hacerse esta pregunta. Ni tampoco seré el último en hacérsela. Es que entre aquel partido contra Luqueño, o contra Nacional y estos frente a Gremio y Libertad hay una distancia abismal. ¿Jugó Cerro Porteño lodos los partidos de la misma manera? Obviamente que no. Sobre todo si se juzga por los resultados. Pero no es de resultados que quiero hablar sino de esquemas de juego.
Recordarán que Leonel Álvarez se empeñó en jugar con un solo delantero y cuando las papas quemaban ponía a otro. Hasta que un día le dijeron claramente que o cambiaba de sistema o se mandara a mudar. Y cambió, entendió el mensaje, corrigió su capricho y salió campeón con algo así como 11 triunfos consecutivos después de haber estado 10 puntos detrás del líder.
¿SE REPITE LA HISTORIA?
Parece que sí, pero al revés. Zubeldía empezó jugando con dos puntas un semi enganche y tres volantes centrales, más los 4 del fondo y el arquero y no le fue bien. Un día innovó y fue aquel del golazo de Novick, de las fantasías de Insaurralde y de la presencia goleadora de Óscar Ruiz. Y se entusiasmó con Churín quien las mandaba todas adentro.
Pero un día le tomaron el tiempo, le amarraron a los laterales, pusieron dos grandotes para cuidar a Churín y desapareció el fútbol de Cerro Porteño, pero a fuerza de garra, de coraje y de poner un segundo delantero como cuando las papas le quemaban a Leonel que pudo levantar algunos partidos. Pero no todos.
Entonces llegó la goleada del Gremio que desnudó por completo las falencias del equipo en todos los sectores y lo peor fue el endemoniado juego de Libertad con el diablo Bareiro que le hizo los dos goles y lo mandó a silencio.
FANTASÍA Y CREATIVIDAD
Creo que a Cerro le falta fantasía, creatividad, cambio de ritmo que hoy no es capaz de darle ni Jorge Rojas ni Kevin Fernández. Hay demasiado trabajo para Rodrigo Rojas y Palau que deben sostener el mediocampo de las irresponsabilidades de Novick que cree que puede jugar de Messi. Y la mochila que le pusieron a Arzamendia pesa cada vez más. Lo mismo que la de Escobar.
Y Anthony está condenado al fusilamiento constante. Y no hay arquero que pueda atajar todo cuando la defensa no marca y el mediocampo no estorba.
Hoy se desfondó la Olla. Hizo agua por todos lados en vez de entrar en ebullición, y aparecieron las críticas internas que son las más peligrosas aunque a Zubeldía parece que todo eso le resbala. Más aún ahora que se sabe que hay un club argentino interesado en su concurso, parece que las trompetas de la despedida están cerca. Sobre todo si no pasa de grado en la Copa Libertadores.
Y eso está allí a la vuelta de la esquina nomás.
