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Jugando con fuego (I)

La gente en general cree que todo es soplar y hacer botellas. Que el asunto es fácil. Que cualquier Juan de los Palotes puede hacer bien los deberes y llevar al país  a alturas nunca vistas.

Por eso a nadie parece importarle nada, todo el mundo “put…”, sin ton ni son, por supuesto tampoco nadie aporta nada creativo y la bola de nieve crece y crece…

Gran jolgorio se armó en la prensa con el tema del“raje” de la ministra.  Los cronistas transmitían el tema como un partido de fútbol, en vivo y en directo, todos los días, a todas horas. El tema en realidad era importante, ¿Pero…tanto así?  Ante esa catarata informativa parecía que el país, el gobierno, se estaba derrumbando. Nadie se detuvo a reflexionar sobre el verdadero alcance de lo que estaba ocurriendo. Un grupo de chicos, secundarios, estamos hablando de 12, 14, 17 años como máximo, estrenándose como gremialistas, venían reclamando una serie de cosas y nadie les daba pelota. Decidieron entonces “tomar” un colegio y a partir de allí ya todo se hizo mal. Una ministra que estaba haciendo bien las cosas, muy eficiente, pero “kanguero”, tuvo que irse.

 Ahora los chicos quieren digitar al nuevo ministro y el mismo presidente de la República, tiene que dispensarles su valioso tiempo. O podrían cometer más locuras, que por supuesto, serán muy celebradas por la gente común, que goza con este tipo de acontecimientos sin medir sus consecuencias.  Para que no nos tilden de reaccionarios, convengamos que tienen razón en sus reclamos de mejor educación, pero no en laforma, no es hora de andar compitiendo entre los nuevos gremios, la ONE, la UNEPY, la FENAES, etc, y otros más que estarán en  gestación -copiando malos ejemplos de sus mayores,-para ver quien “aprieta” más al gobierno.

Pero lo terrible de todo esto y algo que resulta clave para la estabilidad misma del país, en su conjunto, es el gran caudal de información de tinte violento que salió al exterior. Una pena.

Y bueno, es la realidad, dirán los más recalcitrantes, los mismos que pretendieron llevar al Papa a lostugurios de Añareta-í,
“para que vea nuestra realidad”.

¿Por qué decimos esto? Porque ridículamente no nos importa chutar contra nuestro propio arco, como si pretendiéramos autodestruirnos.

El gobierno construyó trabajosísimamente una nueva imagen internacional del Paraguay, lo que le abrió los mercados y la inversión extranjera a niveles casi ideales. Riqueza pura disputada por todas las economías emergentes del mundo.

Una riqueza  que, por cierto, depende…de nuestro comportamiento. Si tiramos sin asco  “m…” delante del ventilador como pasó ahora, ¿cuánto tiempo más durará la bonanza?

Los enemigos del gobierno aducirán que nada ha cambiado, que la pobreza aumento, que no hay trabajo, que no hay viviendas, etc, etc, pero nada de eso es cierto. Pero el que no lo crea que mire los números y los compare. El gobierno actual -sin ningún ánimo chupamedístico,- batió por lejos los logros de los anteriores, que en realidad no fueron luego gran cosa.

La economía en general anda bien, no solamente para los ricos, como sostienen los detractores del gobierno, y pese a todos estos dislates que cometemos los paraguayos, algunos, porque no vemos más allá de nuestras narices  y otros, por malintencionados.

No lo decimos nosotros. Lo sostiene el temido FMI, en un informe que comentaremos mañana en esta columna editorial.

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