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La firme decisión del Ejecutivo de poner un alto al descontrol que existe en la Administración Pública en materia de corrupción, tiene un gran talón de Aquiles en la Justicia, que en estos años ha demostrado no estar a la altura de las circunstancias, ya que va de contramano con los nuevos vientos. Prueba de ello es que aún gozan de impunidad políticos que se muestran como alternativa de honestidad y transparencia, como Efraín Alegre, Rafael Filizzola, Nicanor Duarte Frutos, Mario Abdo Benítez, Juan Carlos Galaverna, entre otros.
ASUNCIÓN.- Ante la cercanía de las internas partidarias y las posteriores elecciones generales, resulta aún más preocupante que la Justicia no haya sido capaz de ponerse los pantalones largos y acompañar todo el proceso de transparencia y lucha contra la corrupción que fue emprendido por el gobierno de Horacio Cartes.
De hecho, con frecuencia se escucha que los corruptos son despedidos de sus cargos (lo único que puede hacer el Ejecutivo), pero que siguen disfrutando de su libertad, y es justamente porque ni fiscales ni jueces tienen la suficiente intención de castigarlos.
Es por eso que vemos espantados que en las internas del 17 de diciembre próximo hay personajes que debieran estar imputados y con alguna condena, que, sin embargo, aspiran a un cargo electivo, casi siempre en una de las cámaras del Congreso, o, incluso, en la Presidencia de la República, como es el caso del liberal Efraín Alegre, precandidato a presidente por la alianza Ganar, suscrita entre el PLRA y Frente Guasu para las elecciones de abril del año próximo.
Cuando era ministro de Obras Públicas y Comunicaciones del gobierno de Fernando Lugo, Alegre hizo llamados de licitación para la construcción de 2 tramos de la ruta VIII (Coronel Bogado-Artigas y Artigas-Yegros). Ambos tramos fueron adjudicados al Consorcio Cotafel y el ministro autorizó un pago adelantado de 33.216 millones de guaraníes, a pesar de lo cual no se hizo nada.
El caso se conoce como el de “la ruta de la mentira” y para muchos, es el monumento más grande de corrupción de los últimos años. Alegre está bajo sospecha por lesión de confianza, estafa y tráfico de influencias, y a pesar de las contundentes pruebas en su contra, ni siquiera fue imputado hasta hoy.
Pero no es el único caso que involucra al presidente del PLRA, puesto que la Fiscalía también ha puesto los ojos en él por el caso de los hechos violentos del 31 de marzo, que culminaron con la muerte del joven Rodrigo Quintana y la quema del Congreso. Sin embargo, aunque fueron imputados sus operadores políticos, él sigue, cual blanca paloma, denunciando “la corrupción del gobierno actual”.
