Muchos de los migrantes han decidido acampar frente al muro.
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La agonía de miles de inmigrantes para entrar a los Estados Unidos

La incertidumbre sobre cómo pasar al otro lado del muro -entre México y EE.UU.- está creando una enorme división entre las 5.000 personas que componen la caravana migrantes centroamericanos. Nada había logrado detener al grupo que recorrió 4.500 km en menos de mes y medio. Sin embargo, el extremadamente vigilado muro por los 8.000 solados que envió Donald Trump a la frontera dejó atascado al grupo en Tijuana.

MÉXICO.- Cada migrante baraja cual es el escenario con mayores probabilidades de éxito y que mejor se adapta a su caso personal. “Necesitamos una estrategia común para cruzar a Estados Unidos”, dice Carlos, un hondureño de 41 años, que forma parte de la caravana de centroamericanos que se encuentra en Tijuana, ciudad mexicana limítrofe con Estados Unidos, donde sus miembros aún no terminan de definir cómo intentarán entrar en la primera potencia.

“El plan era llegar hasta Tijuana y ya estamos aquí, pero ahora qué sigue”, se pregunta desolado Carlos mientras mira fijamente a la valla fronteriza que divide Estados Unidos y México, muro que ha frenado en seco los sueños de los inmigrantes.

“Yo me quiero quedar en México”, dice un salvadoreño; “nosotros pediremos asilo en Estados Unidos, queremos hacer todo legal”, comenta María, una hondureña que viaja con su marido y dos hijos; “yo ese muro lo salto, no vine aquí para nada”, desafía otro; “tenemos que ir todos juntos a la garita y entrar pacíficamente, somos tantos que sería imposible pararnos”, concluye otro inmigrante. Cuatro personas, cuatro planes diferentes.

El mandatario Donald Trump aprobó la semana pasada un decreto dando permiso a sus soldados a disparar si los agentes son atacados por los extranjeros que intenten entrar ilegalmente. Sin embargo, algunos integrantes de la caravana no creen que los militares abrirían fuego contra ellos. Por eso, consideran simplemente las bravatas de Trump son una amenaza para desmotivarles. “No se van a atrever a dispararnos”, dice confiado Daniel, también hondureño de San Pedro Sula, “aquí hay miles de mujeres y niños, sería una catástrofe humanitaria si hiciera eso”, añade Daniel, quien considera que la mejor opción para el numeroso grupo es formar una avalancha humana para entrar en Estados Unidos “sin armar desorden”.

Otros como Yeison, en cambio, creen que si trataran de cruzar todos “de golpe” serían efectivamente detenidos y devueltos a Honduras. Por ello, este salvadoreño de 23 años considera que lo mejor es quedarse “al menos un tiempo” en México, donde es más sencillo conseguir el estatus de refugiado. Yeison cree que toda la atención de la que goza la caravana es perjudicial para el grupo, por lo que lo mejor -en su opinión- es “esperar que las cosas se calmen” para tratar de entrar en Estados Unidos más adelante.

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