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Los días van pasando y el tema de la búsqueda del DT de la selección se va pareciendo cada vez más a aquel jueguito juvenil de las margaritas: “Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere…” mientras deshojaba una margarita. Por de pronto, queda esperar la confirmación de un nuevo conductor para la Albirroja.
ASUNCIÓN. (Por José María Troche).- Por de pronto, entre Miguel Figueredo y Robert Harrison se encargaron de empezar a hacer las gestiones por lo más alto. Sin importar distancias, curriculum ni costos.
Por lo más alto.
Y en este momento en el mercado pelotero mundial, después de los Mourinho, Guardiola, Luis Enrique y compañía que lideran el ranking de famosos, hay unos cuantos sudamericanos que no le van en zaga en capacidad y nombradía. Todos muy conocidos nuestros por haber sido directores de equipos adversarios en eliminatorias o en sudamericanos, como DT o como jugador.
Bielsa encabeza el ranking y se consultó con él. Después, su heredero, Sampaoli. Y se habló con él. Viene a continuación Simeone, y se habló con él. Y también se habló con Bauza, doble campeón de la Libertadores y actual DT de São Paulo. Y todos dijeron que no. Tal vez no lo dijeron por tratarse de nuestra selección, sino porque la verdad es que todos ellos están con jugosos contratos o a punto de firmarlos.
Nadie duda de que cualquiera de ellos pudiera ser el DT. Nadie.
Y tal vez se los vio para que no se diga que no lo intentamos, porque la“peor gestión es la que no se hace”, dijo Miguel Figueredo. Y es cierto. Probar no cuesta nada.
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Pero eso no fue sino una señal de que los que tienen la potestad de elegir al futuro entrenador, están dispuestos a todo. Solo que al ver los perfiles de quienes fueron consultados, no vemos que sean todos del mismo perfil. O sea que quienes hacen las gestiones no tienen claro qué es lo que se quiere. Y de hecho, la cuestión va a pasar, finalmente, por aquel más famoso que se ajuste al presupuesto.
Por ahora, lo decimos hasta el cierre de esta edición, no había novedades. Pero se sabía que la búsqueda proseguía. Se evaluaron los nombres de Jorge Fossati, de Ever Almeida, de José Cardozo y se empezó a estudiar a la mayoría de los argentinos que trabajaron aquí en los últimos años, excepto Pelusso y Pumpido. Tal vez por allí surge “el hombre”.
Esta semana que viene será la semana definitiva. De allí no va a pasar. Y ojalá que atinen con el adecuado, de modo que podamos empezar a enfocarnos de nuevo en el tema de las eliminatorias, que es al final el gran objetivo del fútbol paraguayo de hoy.
