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ASUNCIÓN.- Si el Tribunal de Conducta de la ANR decide expulsar a senadores y diputados de la disidencia por no haber obedecido el mandato partidario de apoyar el proyecto de enmienda, la consecuencia sería muy grave para el partido, puesto que estaría expuesto a volver a la llanura, según el doctor Orlando Fiorotto, exministro del Interior y líder de un movimiento interno.
Para el líder del movimiento Cruzada Republicana, el Tribunal de Conducta Colorado debe desestimar la denuncia de los convencionales en contra de los disidentes. “Ya suficiente daño se ha causado al Partido Colorado por la fuerte confrontación, y esto puede seguir abriendo heridas que difícilmente se podrán cicatrizar; las posturas extremistas facilitarán el tránsito de nuestro partido a una larga llanura, manifestó.
Agregó que “ahora es el momento de la profunda reflexión, busquemos puntos en donde podríamos coincidir porque las posiciones radicalizadas sostenidas con agravios destruyen las chances para las elecciones nacionales”.
El político se preguntó de qué sirve ganar en las internas partidaria y estrellarse en las generales. “Los líderes políticos exigimos que el Tribunal Electoral Partidario actúe marcando distancia de los movimientos en pugna. Legalidad y transparencia en las disposiciones del Tribunal Electoral, así tendremos candidaturas legítimas, el pueblo está podrido de que sólo se ofrezcan ataques personales como propuesta al interior de la institución partidaria”, argumentó Fiorotto, quien realizó un fuerte llamado de unidad y diálogo entre todos los sectores internos partidarios.
“No hay derecho a dar tanto golpes negativos al partido, por la fuerte crispación reinante. Fortalezcamos la democracia en nuestro país mediante un estilo distinto a lo tradicional en el debate de hacer primar nuestras propuestas” concluyó.
Un grupo de convencionales colorados, encabezado por Yamil Esgaib, la semana pasada presentó denuncia en contra de los disidentes ante el tribunal partidario, aunque el mismo presidente del partido, Pedro Alliana, ya había dado señales de que no está de acuerdo con la expulsión e impulsaría una convención que derogue el mandato partidario. De ocurrir esto, ya no habría motivo para juzgar ni sancionar a ninguno de los integrantes del movimiento opositor al cartismo.
