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La desfachatez del Frente Guasu

En la última sesión de la Cámara de Senadores, los integrantes del Frente Guasu radicaron un proyecto destinado a integrar una “Comisión Bicameral de Investigación de carácter transitorio para investigar al Sr. Darío Messer y sus asociados”. A primera vista hasta parecería que en verdad están preocupados por el tema, pero no sería más que una falsa percepción. En la práctica, la llamada “izquierda” no hace otra cosa que sumarse como una pieza más del vasto engranaje  que está siendo montado por ABC color y su inescrupuloso dueño, Aldo Zuccolillo, en el afán de politizar el caso para intentar por esa vía llegar al objetivo que realmente persiguen: Horacio Cartes.

La iniciativa de “Don Acero”, vehiculizada a través de la bancada luguista, no se asienta en ningún hecho de la realidad que pudiera justificarla. Ni el presidente de la República, ni altos exponentes del Poder Judicial están ligados al tema en cuestión, más allá de la amistad del primero con el ciudadano de origen brasileño que, hasta donde sabemos, no es delito o crimen en el planeta Tierra. Salvo las desquiciadas publicaciones de ABC y sus satélites, las investigaciones que se realizan en Brasil en esta materia ni siquiera mencionan la relación personal de Messer con HC, como tampoco la prensa, mientras que en nuestro país recién están en su etapa inicial y son realizadas por las instituciones que están facultadas para el efecto, por el Poder Judicial y el Ministerio Público. En consecuencia, el proyecto debe ir a parar sin más trámites al archivo.

Dicho esto, que en rigor no merece mayor debate, salvo en nuestra degradada Cámara de Senadores, corresponde señalar la desfachatez de quienes ahora se presentan como redentores de la moralidad y precursores del combate a “las mafias empotradas en el Estado oligárquico”, al decir del Hugo Richer, siempre listo a la hora de rebajar las categorías marxistas a vulgares clichés, agitados sin el mínimo rigor teórico en los ´70.

Los que vienen con este proyecto legislativo son los mismos que desde hace años defienden a capa y espada al régimen de Nicolás Maduro, podrido hasta las entrañas por la corrupción generalizada en sus altos mandos, los únicos que viven muy bien en Venezuela; mientras los venezolanos padecen los efectos del hambre todos los días y 1 millón de ellos tuvieron que huir de su país por esa causa, solo en los últimos dos años.

Una dictadura que no solo hizo del latrocinio su “modus operandi”, sino también del terrorismo de Estado, que ya arrojó como saldo centenares de muertos, de presos políticos, partidos proscritos y, en general, el avasallamiento de los más elementales Derechos Humanos.

Son los mismos que ahora también defienden a Daniel Ortega, exguerrillero de Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) devenido en “gran Burgués” y no precisamente como producto de su actuación en el mundo de los negocios o de alguna herencia, sino del robo directo a las arcas del Estado. Lo llaman “el nuevo Somoza”, por Anastasio, aquél dictador tenebroso que sojuzgaba a los nicaragüenses, al igual que su padre, quien ya carga sobre sus espaldas con más de 50 asesinados en las protestas que actualmente se realizan contra su gobierno.

Y son los mismos que defienden a los mega sinvergüenzas que pulularon durante los gobiernos del PT en Brasil, muchos de los cuales están purgando largas condenas carcelarias por el escándalo conocido como “Lava Jato”.

¿Y esta es la gente que con tanta osadía se nos presenta como si fueran los “paladines de la justicia”?

¡Habrase visto insolencia!

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