ADN Digital
Artículos relacionados
WASHINGTON.- Hay un gran consenso en que a gran escala la producción y el consumo de carne, sobre todo en Occidente, se ha convertido en un factor de destrucción para nuestro planeta. Con base a un reporte de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) de 2013, Deutsche Welle señala que el 14,5% de las emisiones de gases del efecto invernadero producidos por los humanos tienen su origen en la ganadería.
Este porcentaje es igual al de las emisiones de todos los autos, barcos, aviones y otros medios de transporte del mundo combinadas. Así que hay que pensarlo dos veces antes de montarse en la bici e ir a la hamburguesería más cercana y sentirse bien porque decidimos no ir en coche.
De dichas emisiones, el 41% son producto de la producción de carne de vaca, el 19% de la producción de leche, y el resto es provocado por la ganadería de cerdos, pollos y huevos.
Asimismo, según algunos expertos, la producción de carne requiere de grandes cantidades de recursos naturales. Para producir un kilogramo de carne de vaca son necesarios más de 15.000 litros de agua. Una cifra significativa, sobre todo tomando en cuenta el hecho de que en un país industrializado una persona come 75,9 kilos de carne al año.
Desde hace mucho, el ganado ya no sale a pastar en amplios campos, ya que actualmente las vacas que acaban convertidas en hamburguesas por lo general son alimentadas con soya, maíz y otros cereales, comida que podríamos ingerir directamente, ahorrando mucha electricidad y emisiones en el proceso. Esto es particularmente evidente en la selva del Amazonas en Brasil, donde alrededor de 80% de la deforestación se debe a la ganadería.
