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ASUNCIÓN. (Por José María Troche).- Nadie hizo tan poco en tan corta presidencia provisional de la APF como Ramón González Daher. Increíble como un dirigente con tantos años de ejercicio, desde su Sportivo Luqueño de su valle natal, como en los 22 años de miembro titular o vicepresidente de dicha institución. Deja a quien le vaya a suceder una cargada mochila de problemas, de los cuales probablemente él no haya sido responsable directo, pero ningún presidente puede evadir la responsabilidad de gobernar.
Como el capitán de un barco, o el comandante de un avión, el presidente de una organización, cualquiera sea su laya, es el primer y principal responsable de cuanto ocurra en esa institución.
Hoy, a 24 horas de elegir nuevo presidente, el que sustituirá a Alejandro Domínguez, queda pendiente la investigación sobre la verdad de lo que ocurrió con la gradería Norte del estadio, sobre los costos, las facturas, y hasta un intento de estafa para supuestas reparaciones millonarias. Deberá investigar también quién o quiénes fueron los de la idea de boicotear a un club de la Asociación, en vísperas de partidos importantes en su carrera hacia la Copa Libertadores de América.
Se encontrarán con un panorama arbitral desastroso, como pocas veces antes ha acontecido y al que ni el que ahora funge como presidente de la CONMEBOL, ni su sucesor interino supieron ponerle la mano, e intentar arreglar el desaguisado que se armó con el campamento referil.
Deberán poner en orden un Balance que es cuestionado por más de un sector, aunque la crítica provenga de un dirigente que desde hace años se mueve entre las sombras y “descubre” cosas que de repenteaparecen.
Deberán rodearse de gente capaz, innovadora, inteligente, que sepan cómo solucionar problemas tan insignificantes como la programación semanal del fútbol que en manos de la misma persona desde hace años, jamás sacó un calendario que nadie discutiera. Y es secretario de la Divisional de Honor hace más de 10 años.
Hay que sacudir las lacras. ¿En que quedó la acusación de haber amañando las fichas de un jugador para favorecer a su club del mismísimo Secretario General de la APF? Y habrá muchas otras cosas más que el periodismo no conoce y si hay periodistas que lo saben, no lo dicen por estar enjuagados en las mismas aguas procelosas del contubernio.
No se qué planes tienen Federico Acosta, expresidente de Guaraní, extesorero y vicepresidente de la APF que a sus 59 años, intenta llegar a la cumbre de su carrera de dirigente del fútbol. Conozco más o menos los planes de Robert Harrison que, 42 años, ya sabe lo que es la gloria dirigiendo a su club a campeonatos no logrados en más de 60 años y a jugar una final de Copa.
Cualquiera de los dos que la dirigencia del fútbol llegue a elegir tendrá el enorme compromiso de lavarle la cara al fútbol, ventilar los trapos sucios, cambiar la imagen y volver a aquella señorial y augusta que tenían la Liga y la APF de los primeros tiempos, en aras del bien común del fútbol nacional.
Que así sea… si Dios quiere.
