Carlos Ibáñez, sacerdote denunciado por pedofilia.
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La iglesia paraguaya miente sobre sacerdotes pedófilos

La Iglesia Católica paraguaya miente sobre el desconocimiento de la estadía en nuestro país del sacerdote argentino Carlos Richard Ibáñez Morino, investigado por denuncias de abuso sexual de al menos diez jóvenes en Bell Ville, provincia de Córdoba, a principios de los 90. El arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, afirma que fue una “inocentada”. Sin embargo, los procedimientos de rigor para la incardinación de un eclesiástico son ineludibles, conforme al Derecho Canónico.

ASUNCIÓN.- Durante una entrevista con periodistas del diario La Nación, Mons. Edmundo Valenzuela dijo que ellos le recibieron a Ibáñez Morino y no preguntaron de donde venía o lo que sea. Sin embargo, el procedimiento de rigor señala que cualquier cura que se presentan en otra Diócesis, sea del mismo país y mucho más si es del extranjero, debe presentar una carta de su Diócesis de origen. Además, la Diócesis que lo recibe tiene que contactar con la de donde viene, que debe aprobarle y decirle que “está todo en orden”.

Igualmente, el obispo tiene que excardinar al clérigo para que a su vez el arzobispo lo incardine. No existe otro procedimiento, según el Código Canónico y mal pudo haber sido una “inocentada”, como manifestó Valenzuela.

Incluso la Iglesia paraguaya estaba al tanto del caso del cura argentino Carlos Ibáñez, investigado por supuesto abuso sexual a 10 jóvenes en Bell Ville, provincia de Córdoba (Argentina), pero asegura que ninguna denuncia sobre el sacerdote fue presentada en nuestro país. Ratifica que hay “tolerancia cero” con los padres acusados de violadores.

OTRAS INCOHERENCIAS

Monseñor Edmundo Valenzuela indicó que el mandato del papa Francisco es “tolerancia cero” con los padres acusados de violadores. “Debemos mejorar todos y ustedes pueden sugerirnos que debemos hacer (…) El problema no es la estadística, es la madurez social, el problema es moral”, sentenció. Sin embargo en julio de 2015 durante la visita del Pontífice al Paraguay, ocupó un lugar del sitio destinado a sacerdotes, eso significa todo lo contrario de su afirmación.

CELEBRABA MISAS

Ibáñez Morino, pese a estar suspendido “ad divinis” por el Obispado de Villa María, Córdoba, según investigaciones periodísticas, siguió oficiando misas, bautismos y casamientos durante años en varias capillas de nuestro país.

En ese sentido mencionan actividades eclesiásticas, haciéndose cargo de bautismos, casamientos y oficiando misas, algunas de ellas hasta en la mismísima Catedral de San Lorenzo. Así como en la capilla Tres Reyes, de Villa Elisa, bajo la jurisdicción de la parroquia Virgen del Carmen. También habría estado por la capilla Santa María Goretti, de la Chacarita.

LOS RIGORES DEL DERECHO CANÓNICO

El Ordenamiento jurídico ofrece indicaciones a las autoridades eclesiásticas que han de conceder o denegar la incardinación o excardinación: el canon 269 da los criterios que ha de tener en cuenta el Obispo diocesano que debe conceder la incardinación. Resumidamente, son:

1º: que lo requiera la utilidad de su Iglesia particular.

2º: le conste la excardinación, y haya obtenido los informes convenientes acerca de la vida, conducta y estudios del clérigo.

3º: el clérigo le haya declarado por escrito su voluntad de quedar adscrito al servicio de la nueva Iglesia particular.

Y el canon 270 ofrece los criterios que debe seguir el Obispo que concede la excardinación. Son los siguientes:

1º: sólo puede concederse por justas causas, como es la utilidad de la Iglesia o el bien del clérigo.

2º: sólo puede denegarse por causa grave. En este caso el clérigo puede interponer el recurso jerárquico contra esta decisión.

Activaron el protocolo de referencia, alegan

El nuncio apostólico de la Santa Sede en Paraguaya, Mons. Eliseo Ariotti, indicó que las autoridades eclesiales del país estaban al tanto del caso del sacerdote Carlos Ibáñez desde hace un año y activaron el protocolo de referencia. El nuncio sostuvo que se recogieron elementos y se alertó del hecho al obispo de Córdoba, pero afirmó “nunca fue presentada en Paraguay una denuncia contra Ibáñez”.

Manifestó que están haciendo todo lo posible “para luchar contra este personaje y aclarar la situación tan penosa de este problema moral.” “No es momento de buscar culpables. Debemos intentar colaborar con la madurez de la vida eclesial, encontrar los problemas, mejorar la situación”, agregó.

“La voluntad de la Iglesia y de las autoridades eclesiales es luchar contra esta llaga de la sociedad. No podemos generalizar y decir que todos los sacerdotes son así. Una generalización falsa”, declaró en otro momento. Al ser insistido sobre el caso de Ibáñez, el nuncio se preguntó “por qué antes no se denunció al sacerdote si hace 30 años está en Paraguay”.

La Nunciatura Apostólica del Paraguay afirma que actuó conforme a los procesos en el caso de los sacerdotes denunciados por abuso sexual, pues ponerse a disposición de la Justicia debe provenir “de la voluntad” de los presuntos curas pederastas. Ariotti agregó que la responsabilidad de presentar el caso ante la Justicia, en caso de que no haya una “autodenuncia“, recae sobre las Autoridades Eclesiásticas.

“Lo que debíamos hacer lo hemos hecho puntualmente y todo estaba en camino de solucionarse el caso penalmente“, declaró.

“Se llamó al responsable que no aceptó todas las acusaciones; se llamó a su obispo Originario de Argentina; todos los pasos estaban en plazo y el sacerdote recibió un comunicado de la Archidiócesis que no podía dar el sacramento y las personas dañadas debían reportarse en la Archidiócesis. La Nunciatura ha alertado a los obispos y Autoridades Eclesiásticas y estas deben apartarlo y denunciar a la Justicia si no se ha autodenunciado“, apuntó.

Asegura que se respetó el procedimiento eclesiástico y que es el obispo de Asunción, Edmundo Valenzuela Mellid, es quien debía oficializar la denuncia ante la Justicia en caso de que los sacerdotes no se pongan a disposición de las autoridades.

“Necesitábamos nuestro tiempo para entender lo que pasaba y cuando llamamos al sacerdote le hemos pedido que se ponga a disposición de todas las justicias canónicas y civiles y eso debe ser de su voluntad (…) La tarea de arreglar (el caso relacionado) con el sacerdote y la Justicia, es responsabilidad de las Autoridades Eclesiásticas, la persona acusada y quienes denuncian“, sostuvo.

UNA HISTORIA SIN FIN

Son varios los sacerdotes argentinos que fueron acusados por abusos sexuales en menores:

* El primer caso, es el que involucra al sacerdote argentino Carlos Richard Ibáñez Morino, investigado por denuncias de abuso sexual de al menos diez jóvenes en Bell Ville, provincia de Córdoba, a principios de los 90.

* A mediados de los 90, la Justicia paraguaya se negó dos veces a proceder a su extradición, a pesar del pedido realizado por la Justicia argentina.

Según la publicación, Ibáñez llegó a Paraguay en 1992 y aún cuando pesaba sobre él una suspensión de parte del obispado cordobés, igual ejerció sus funciones como sacerdote.

* A mediados de 1992 ya había contra Ibáñez un total de diez denunciantes, todos lo acusaban de abuso sexual. Todos eran jóvenes de barrios pobres de Bell Ville que recibían dinero a cambio de tener relaciones con el religioso.

En 1997 y a pesar de gestiones de la Embajada argentina en Paraguay, que tomó parte en la causa, la Justicia paraguaya rechazó una reapertura del proceso de extradición.

Finalmente, el 18 de noviembre del 2004, la Sala de Acuerdos de la Corte Suprema paraguaya dio vía libre al proceso de extradición. Sin embargo, ya era tarde, en los estrados judiciales de Bell Ville el caso se había extinguido. De esta manera, el sacerdote Carlos Richard Ibáñez, alias “Richardi”, logró evitar el proceso por supuestos abusos sexuales contra menores en Córdoba.

Estuvo en la zona reservada para los sacerdotes en el altar que se hizo en Ñu Guasu, en julio del 2015, durante la visita del Papa Francisco al Paraguay.

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