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La “rabieta” de Bacchetta

El senador disidente Enrique Bacchetta está convencido de que el mundo se terminará, el país se hundirá en un pozo sin fin si es que se impide que él asuma como integrante del Consejo de la Magistratura. Es tal el escándalo que armó, que la mesa directiva de la Cámara Alta, como si no tuviera mejores cosas que hacer, ayer convocó a una conferencia de prensa para amenazar con un quiebre institucional si los oficialistas persisten en su acción judicial.

Lo único que ni Bacchetta ni sus compinches pudieron hacer fue rebatir el argumento utilizado por el cartismo para realizar esta acción, que la Ley que crea el Consejo, la 296/94, establece claramente que los miembros pueden ser reelectos una sola vez, y él ya lo fue como representante del gremio de abogados. Así que un tercer periodo, esta vez como representante del Senado, es ilegal desde todo punto de vista.

Hace demasiado tiempo que en este país tienen más fuerza las mayorías circunstanciales que lo que disponen las normas vigentes  y es tiempo de que esto cambie, porque, de lo contrario, estaremos siempre al arbitrio de los que tienen la sartén por el mango, por más ilegales e ilegítimas que fueran sus decisiones.

El 15 de junio pasado, haciendo uso y abuso de su mayoría coyuntural, la disidencia colorada y la izquierda impusieron a Robert Acevedo como presidente del Senado e integraron las ternas de candidatos a la Contraloría y la Defensoría. Dentro de todo, por más cuestionables que parecieran los nombres de quienes resultaron electos, no hay nada ilegal en estas decisiones, aunque se pudiera cuestionar la feroz falta de ética de esta unidad que ya tantos problemas ha causado a la institucionalidad de la República.

Pero también, ese mismo día, eligieron a Bacchetta como representante del Senado en el Consejo, y esto sí es ilegal. No hay ninguna duda de que todos los que votaron por él sabían que su elección violaba la ley mencionada. Pero no les importó, porque lastimosamente en este país nos hemos convencido de que el que tiene la mayoría es el que manda y hace lo que le da la gana, por encima de las leyes y los intereses ciudadanos.

En la conferencia de ayer, Bacchetta dijo que con la acción en su contra se estaba anunciando la derrota del Partido Colorado en el 2018. En el supuesto caso de que esto ocurra, se deberá a lo mismo que pasó en 2008, cuando un sector del partido se negó a trabajar por las candidaturas coloradas. Así que lo del senador disidente más que un anuncio suena como una amenaza para el oficialismo. Algo así como, si no dejás que me quede en el Consejo, votaré en contra tuya. En cualquier lugar del mundo esto sería catalogado como chantaje sucio y vulgar.

El mundo no se va a acabar porque Bacchetta no asuma como miembro del Consejo de la Magistratura; tampoco habrá ningún quiebre institucional ni el país sufrirá ninguna catástrofe. Al contrario, será muy sano que la Justicia actúe con razón y equidad, y se limite a exigir la aplicación de la ley. No hay tercer mandato en el colegiado que participa en la selección de los ministros de la Corte y los magistrados del Poder Judicial. Y esto rige para Bacchetta y para todos. Lo que rige en este país es la ley y no la mayoría de los prepotentes.

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