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Evidentemente el tema de la reelección en estos momentos produce un ambiente bastante tenso y enervado en muchas carpas de las dirigencias políticas partidarias, y en especial en aquellas que están temerosas a la administración del actual poder colorado del oficialismo, liderado por el presidente de la República Horacio Cartes Jara.
Este señor con magistrales obras de gobierno a favor del pueblo, ha elevado a lugares y niveles preponderantes la imagen del alicaído hasta hace unos tres años atrás, Partido Colorado y del país.
En la convención de los liberales realizada ayer en el Coliseo Departamental “El Cerrito” de la ciudad de Coronel Oviedo, se demostró claramente, la diferencia abismal existente entre la corriente oficial liderada por Efraín Alegre, y por otro lado por Blas Llano.
Este último apuesta por el tratamiento de la enmienda constitucional, para que el pueblo decida sobre el tema de la reelección presidencial, que es casi un hecho. Por otro lado, está el impresentable y autoritario Alegre totalmente en contraposición de la postura de los llanistas, debido a que sus mismos correligionarios, están conscientes que con la chapa del oficialismo liberal que él lidera, no constituirá ni una piedrita en el zapato del candidato presidencial de la ANR, para dejarle sin chances de llegar a la presidencia de la República.
El oficialismo liberal propone una alianza electoral, con la exigencia de que Alegre lidere la chapa presidencial. En tanto la postura del grupo llanista apunta a la concertación, y en especial a candidato con mayor respaldo popular y electoral, sea de cualquier ideología de donde provenga.
La tensa convención del PLRA, realizada ayer en Coronel Oviedo, entre dos posturas claramente definida, Alegre con su intentona de liderar la chapa presidencial en el 2018, y dejar sin chance al presidente Horacio Cartes para seguir gobernando el país por otro periodo más.
Esta intentona del efrainismo cuenta con el acompañamiento mal intencionado, hasta con soberbia demostrada por el grupo de la disidencia colorada, liderada por el hijo del extinto, otrora secretario privado, del exdictador Alfredo Stroessner (+), de triste y lamentable memoria. A esto se suma los “propietarios” del Partido Democrático Progresista (PDP), la senadora Desirée Masi, y su esposo Rafael Filizzola. Este último tiene causa pendiente con la Justicia por la famosa compra en sumas millonarias y sobre facturada del helicóptero para la Policía Nacional, cuando se desempeñaba como ministro del Interior en el gobierno de Fernando Lugo, se le acusa de un daño patrimonial al Estado que supera los G. 50.000 millones.
Con esta actitud del oficialismo liberal, acompañado de los marioabdistas (Mario Abdo Benítez, disidente colorado) y del PDP, más bien están privilegiando sus intereses personales sectoriales y de sus grupos de amigos, anteponiendo a lo nacional. Esto la sabe perfectamente el pueblo elector que suma más de 4 millones a lo largo y a lo ancho de la geografía del país.
Con la postura desenfrenada hasta esquizofrénica del efrainísmo liberal, de persistir en sus intenciones de liderar la chapapara las presidenciales del 2018, camino al Palacio de los López el resultado está cantado, como dijo unos des sus propios correligionarios “no vamos a ganarle ni al Pato Donald”. Hasta los más acérrimos liberales están consientes que el PLRA, nuevamente con esta actitud asumida por el actual presidente del directorio liberal, tendrá un profundo fracaso y no podrá gobernar el país en el próximo periodo.
