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El país amaneció el domingo con un nuevo sismo, esta vez de magnitud 5,7, según el Servicio Sismológico de Estados Unidos (USGS), mientras la nación intenta recuperarse tras el poderoso terremoto del martes 19 de septiembre que ha dejado más de 300 muertos. El sábado, otro sismo de 6,1 despertó a los mexicanos y revivió los temores de la población, además de que obligó a suspender temporalmente las operaciones de rescate en las zonas afectadas. Los operativos fueron retomados posteriormente. Se contabilizaban al menos 4.400 réplicas en el país.
CIUDAD DE MÉXICO.- Mientras que los mexicanos se recuperan de los dos sismos del 7 y 19 de septiembre, el suelo sigue sacudiéndose en el territorio azteca: el Servicio Sismológico nacional lleva contabilizadas cerca de 4.400 réplicas en los estados de Chiapas, Morelos y en Ciudad de México. La mayoría fueron leves.
En la mañana del domingo se registró un temblor moderado de 5,8 grados en la escala de Richter que fue una réplica más del terremoto de hace dos semanas. El epicentro fue 122 kilómetros al suroeste de Tonalá, en el sureño estado de Chiapas.
El terremoto de 8,2 que se registró hace dos semanas frente a las costas de Chiapas, el más fuerte en un siglo en México, es el que más réplicas tuvo, con cerca de 4.340 hasta la mañana del domingo y más de 100 muertos.
Hasta el mediodía del sábado se contabilizaban 4.326 réplicas de ese terremoto, pero hubo después más de una decena de temblores.
El sábado ocurrió una fuerte réplica de 6,1 del sismo que provocó la muerte de cinco personas: tres en Oaxaca, donde provocó nuevos derrumbes, y dos en Ciudad de México por infarto al activarse la alerta sísmica, en medio del gran nerviosismo que existe.
A su vez, el temblor del 7,1 del 19 de septiembre, que causó sobre todo daños en Ciudad de México y en estados del centro del país como Puebla y Morelos, tuvo 39 réplicas y ha causado 318 víctimas fatales.
“Seguimos estando en una actividad sísmica. No es algo extraño o inusual o que no haya pasado anteriormente”, dijo el director del Centro Nacional de Atención de Desastres, Carlos Valdés, que atribuyó las réplicas a un “proceso de cicatrización normal” de la tierra.
