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Cada vez parece más evidente que ni disidentes ni opositores ven a Roberto Acevedo como un líder que pudiera llegar al poder, a pesar de los intentos de Desirée Masi. Ayer, en plena conferencia de prensa, el disidente Silvio Ovelar interrumpió bruscamente al liberal al darse cuenta de que no tenía intención de atacar al oficialista Bernardo Villalba, quien había criticado el plan golpista del grupete.
ASUNCIÓN.- Parece que el problema de Acevedo es que no tiene pasta de líder y es más bien flojo a la hora de atacar al enemigo. De hecho, con esto se confirma aquello de que lo barato sale caro, ya que nadie vio nunca al pedrojuanino con la suficiente temple como para ser presidente del Senado y el Congreso, pero es lo que consiguieron disidentes y opositores para evitar que el oficialismo colorado pudiera tener mayoría en la cámara, eligiendo un presidente afín a su sector.
Ayer, Acevedo convocó a una conferencia de prensa, en la que habló de las denuncias de la ANR sobre el complot que se organiza en un grupo de Whatsapp integrado por estos sectores. A pesar de ser el organizador del encuentro, el titular del Senado se mostró escueto en sus palabras, puesto que no es extraño que le cueste bastante comunicarse públicamente. Algunos dicen que padece de pánico escénico.
Lo cierto es que se limitó a decir que las denuncias del oficialismo en contra de los complotados “parece un chiste” y que es un atentado contra la inteligencia de la gente.
En el momento en el que se refirió al diputado colorado Villalba, quien había manifestado duras expresiones contra el grupete que está conspirando contra el gobierno, fue violentamente interrumpido por el disidente Ovelar, quien sin ningún empacho se despachó duramente contra el oficialista.
Lo que queda en evidencia con esto es lo que ya habíamos advertido antes, que nadie en el grupete toma en serio a Acevedo, lo que desespera a Masi, quien, incluso, llegó a prometerle la Presidencia de la República para que no cambie de bando. Lo cierto es que en la disidencia algunos piensan que con haberle dado la titularidad del Senado y el Congreso, ya es más que suficiente y, desde luego, mucho más de lo que merece quien fuera acusado de tener vínculos con el narcotráfico del departamento de Amambay.
