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Las mayorías en el Congreso atropellan la institucionalidad

La vigencia de los “artículos 23 y 41” como único criterio para adoptar las decisiones, es decir, el de la cantidad de votos necesarios para contar con la mayoría, a lo que recurren cada vez con mayor frecuencia las cámaras del Congreso, es un atropello flagrante al régimen institucional de la República, que se degrada peligrosamente por el accionar de una banda de irresponsables, a los que poco o nada importa la democracia.

ASUNCIÓN.– Las mayorías se ejercen y sus decisiones deben ser acatadas; es parte del juego democrático, siempre y cuando se desenvuelvan en los marcos de la Constitución y las leyes, que no están siendo respetadas por los bloques del oficialismo y sus aliados en el Congreso.

Esto no es nuevo, ya que desde que, durante el gobierno de Horacio Cartes, la entonces disidencia encabezada por Mario Abdo Benítez, aliada con la oposición, conformó el “grupete” que tenía mayoría en el Senado, las decisiones fueron totalmente arbitrarias y, muchas veces, ilegales e inconstitucionales.

Pero la cosa ha recrudecido de tal manera desde el inicio del nuevo período legislativo, que todavía no cumple 3 meses, que en este momento lo que parecía una burla, la vigencia de los artículos 23 (Senado) y 41 (Diputados) se ha convertido en norma; de hecho, en la única norma que es respetada y obedecida en el Legislativo.

Ya un día antes del inicio del período, cuando el entonces presidente del Senado, Fernando Lugo, hizo abuso de poder y convocó a jurar a quienes no fueron electos ni proclamados, y dejado de lado a quienes eran los legítimos dueños de las bancas, empezó lo que se convertiría en una sucesión de violaciones legales y constitucionales.

Hace pocos días esto se volvió a sentir con mucha fuerza, cuando la mayoría coyuntural de opositores –ya sin la participación de ningún sector colorado- impuso a un liberal como senador, en reemplazo del oviedista Jorge Oviedo Matto, dejando de lado a quien realmente era quien debía ocupar la banca vacante, el colorado Arnaldo Franco.

Insistimos, es saludable que en un estado republicano se respeten las mayorías y minorías, pero con las reglas claras y siempre dentro del marco de la ley. De lo contrario, repetimos la historia de la dictadura que hace apenas 30 años imperaba en el país, en donde se utilizaba como excusa la mayoría para someter y sojuzgar al pueblo, impidiendo la vigencia del Estado de Derecho.

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