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Desirée Masi, senadora del Partido Democrático Progresista (PDP) y virtual precandidata para volver a ocupar el mismo cargo electivo, había dicho en un tiempo no muy lejano que no se candidataría más a ningún cargo electivo y que se dedicaría al ejercicio de su profesión de médica, pero, su sed de poder la traicionó y ahora anuncia que, “su base le pidió” para que vuelva a candidatar al mismo cargo, según dijo.
ASUNCIÓN.- Esta agrupación política, dirigida por el marido de la cuestionada profesional de la salud, Rafael Filizzola, exministro del Interior imputado por haber cometido varios supuestos hechos irregulares durante su administración, nuevamente prepara el escenario para convertirla a Masi en legisladora por este signo político.
Lo resaltante del hecho es que la legisladora no oculta sus ansias de llegar al poder a cualquier precio y la factura más cara que tendrá que pagar Desiré Masi es el haber pisoteado sus propias palabras, teniendo en cuenta que había dicho en reiteradas ocasiones que ya “no se volvería a candidatar a un cargo electivo y que se dedicaría a la profesión”, según había manifestado.
El giro en su postura en cuanto a su reeleción deja al desnudo que Desiré no se tiene ninguna intención de abandonar su curul del Senado y para ello utilizó la remanida frase de “los dirigentes de mi partido me piden”.
La precandidatura de Masi es impulsada por su propio marido Rafael Filizzola, quien es el principal operador político que busca afanosamente que su esposa llegue al Congreso Nacional para seguir utilizándola, a los efectos de seguir, de alguna manera, teniendo una protección política, que lo maneja conscientemente como moneda de cambio para evitar la cárcel y seguir haciendo de las suyas.
La precandidatura de Masi surge ya en mayo de este año, luego de que Efraín Alegre, presidente del PLRA, le haya propuesto ser su vicepresidenta en la búsqueda de una alianza de partidos que fracasó rotundamente, ya que Alegre optó por Leo Rubín, del Frente Guazú. En aquella ocasión, la polémica medica había manifestado que “yo soy una persona convencida de que cuando la gente te vota es para que te quedes en un lugar y hagas el mejor trabajo posible. Yo tengo eso muy metido y será difícil que alguien me quite esa convicción”, dijo.
Sin embargo, la convicción que dice tener la mujer no es otra cosa que acceder al poder para seguir sacando alguna tajada de ella, principalmente para su marido, que tiene una cuenta pendiente con la justicia ordinaria.
Masi se olvida, o por lo menos quiere hacerle creer eso al electorado nacional, que había prometido alejarse de la política, pero que sigue segada por su ambición de poder, por lo que intentará nuevamente conquistar a la población en base a engaños, tal cual ya lo está haciendo, ya que había dicho que ya no se volvería a presentar en estas pujas electorales.
En su delirio de que es la “sabe lo todo”, Masi tampoco descartó su postulación para volver a ocupar un escaño en la Cámara Alta en el 2018, con el único firme propósito de seguir oponiéndose al presidente Cartes, según dijo en reiteradas ocasiones.
