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Lean a Lea

En una didáctica entrevista con la 970 AM, la exministra de Hacienda, Lea Giménez, actualmente en Washington, se refirió a temas cruciales que hacen a la estabilidad de la economía y, en especial, al manejo sostenible de la deuda pública a mediano plazo, formulando advertencias y propuestas que deberían ser escuchadas por los responsables de la política económica.

El déficit fiscal de un país se produce cuando los egresos son superiores a los ingresos, o sea, cuando se gasta más de lo que se recauda. Todos los países lo hacen, en mayor o menor proporción. Unos dentro de límites razonables, sin comprometer su salud económica, como Paraguay, que se mantiene por debajo del 1,5% de su Producto Interno Bruto (PIB), mientras otros los superan ampliamente y caen de manera irremediable en el círculo vicioso de financiar las pérdidas contratando más y más deuda pública, como Argentina y Brasil, entre otros.

Sin embargo, alertó Giménez, nuestra exitosa política fiscal está incubando un peligro potencial, que, de no ser objeto de ajustes, podría traducirse en problemas en el mediano plazo. Y éste consiste en que cuando se estableció el tope del 1,5%, el PIB paraguayo era de 30.000 millones de dólares, lo que representaba alrededor de US$ 450 millones, en tanto que ahora se estima en 40.000 millones, lo que significan US$ 600 millones.

En otras palabras, el porcentaje del 1,5% que establece la Ley de Responsabilidad Fiscal es el mismo y el Presupuesto General de la Nación se adecua a esos parámetros, pero la cantidad de dinero en concepto de déficit aumentó en 150 millones de dólares más por año, aunque se mantuvieran estables los niveles de recaudación que, por cierto, experimentan una tendencia hacia la disminución, como revelan los informes de Aduanas.

La exministra plantea que una forma de encarar la cuestión es reduciendo el porcentaje que establece la ley, de 1,5% a 1,2 o 1, para mantener el déficit en el orden de los 450 millones de dólares o un poco más y siga siendo sostenible en el futuro, sin que implique un aumento riesgoso del endeudamiento.

Es una cuestión de lógica formal, que debería discutirse para su pronta implementación, pero que nos remite a otros temas planteados en forma cíclica por sectores políticos, según los cuales, la solución inmediata a lo señalado anteriormente es elevar la recaudación, por medio de más impuestos y/o creando unos nuevos.

Demás está decir que la política tributaria debe ser objeto de un amplio debate y de hecho forma parte de la agenda legislativa en los próximos meses, ante la verdad inobjetable de que somos uno de los países con los impuestos más bajos del planeta. Pero antes que eso, hay asuntos aún más elementales pendientes de solución, que Lea propone poner en el orden del día: El combate a la evasión y el sistema de deducciones del Impuesto a la Renta Personal, que benefician groseramente a los que están en la cima en materia de ingresos y hace que solo terminen contribuyendo los que están en la base.

La evasión, cualquiera lo sabe, es verdaderamente escandalosa. Solo cumplen con sus obligaciones tributarias la mitad de los paraguayos, que son los que con sus aportes financian el funcionamiento de todo el Estado. La otra mitad se beneficia de los derechos.

Y en lo que respecta al IRP, la exministra fue contundente: Tal como está, recauda poco y castiga a los de menores ingresos, pero si se eliminaran o redujeran las deducciones, como en cualquier otro país del mundo, por esa vía ingresarían otros 100 o 200 millones de dólares. Claro, eso supondría la resistencia de los que gustan de evadir “legalmente”, como ya ocurrió en la administración anterior, pero alguna vez debe imponerse la justicia a la arbitrariedad.

Esperemos que los técnicos del gobierno, al igual que quienes legislan estas materias, lean a Lea y consideren sus caracterizaciones, pronósticos y proposiciones, aquí apenas esbozadas, desprovistos de prejuicios políticos que los induzca al rechazo por el simple hecho de provenir de “una ministra de Cartes”.

Después de todo, el objetivo es apuntalar el modelo para bien del país, lo que redundará en provecho de las actuales autoridades.

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