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“Para que sirva como termómetro” fue el argumento utilizado por Desirée Masi para justificar la ausencia colectiva de los opositores en la sesión del Congreso a la que fueron convocados ayer senadores y diputados, para tratar la renuncia de Juan Afara a la Vicepresidencia de la República. Hasta el mismo convocante, Fernando Lugo, formó parte de la fantochada política.
ASUNCIÓN.- Cada vez se confirma más que a los legisladores de la oposición les importa poco o nada la institucionalidad del país y lo único que buscan es sacar ventaja de cualquier situación que se presente. Oportunistas y camanduleros, nada está más lejos de su objetivo que el bienestar de los ciudadanos.
Ayer, fueron convocadas ambas cámaras para reunirse en Congreso, a fin de tratar la renuncia presentada por Afara, pero la sesión no pudo realizarse porque los opositores evitaron que hubiera quórum por la ausencia colectiva de las bancadas de la oposición. Lo que resulta inadmisible es que el mismo Lugo, quien realizó la convocatoria a la sesión, en su condición de presidente del Congreso, también se haya ausentado participando de esta fantochada.
En este momento, el país está sin vicepresidente de la República, lo que significa que la institucionalidad está interrumpida. La sesión de ayer hubiera agilizado el proceso para designar al sucesor de Afara. Pero no hubo caso porque la oposición decidió utilizar el tema como “un termómetro” para medir el grado de involucramiento de todas las bancadas que conforman la alianza Ganar.
Los conflictos internos que enfrenta la alianza opositora son cada vez más intensos, por lo que los supuestos “pensantes” del rejunte necesitan recurrir a cualquier clase de artilugio para volver a remendar con chicle la tan mentada unidad anticolorada. Por eso, con lo de ayer, quisieron chequear si había “quintacolumnistas” entre las bancadas de la oposición, lo que hubieran notado si alguno de ellos participaba de la sesión, en la que solo estuvieron los colorados.
Al parecer, la idea que tienen estos “patriotas” es evitar que Afara y, eventualmente el presidente Horacio Cartes, puedan renunciar para asumir como senadores. Lo que parecen no tener en cuenta es que, al no establecer la Constitución el procedimiento a seguir, no hay ninguna regla y su renuncia no sería más que mero trámite.
