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Leo Rubín, más de lo mismo

Por: Cirilo Ibarra Enciso. Periodista de ADN en Mariano Roque Alonso
Por: Cirilo Ibarra Enciso. Periodista de ADN en Mariano Roque Alonso

Es indudable que la sociedad ya no cree en las expresiones grandilocuentes de personajes oportunistas que aparecen en la política, que de manera rimbombante e hinchada (de hinchazón) se presentan con esa remanida historia, el cuento de la de nueva era y la promesa de cambio, etc.

La sociedad, lejos de celebrar con júbilo que surjan a la vida pública, nuevas opciones políticas que puedan representar a los ciudadanos, ve con desconfianza y total incredulidad. Ya no espera para exteriorizar críticas, las que señalan con reproche: “más dinero”, mas políticos vividores para mantener”.

Dentro de éste panorama se lo ve al candidato a la vicepresidencia de la República, Leo Rubín, acompañando a Efraín Alegre. Es la alianza PLRA-Frente Guasu. Al locutor de radio se lo ve como uno más de lo mismo.

Los mencionados sectores políticos ya gobernaron el país en el periodo 2008-13, pero fue un fracaso, porque la alianza era simplemente electoralista y el único objetivo fue llegar al poder y al parecer cada parte buscaba su propio beneficio. Fernando Lugo (Frente Guasu) y Federico Franco (PLRA) no pudieron terminar juntos ya que los propios liberales propiciaron la destitución de Fernando Lugo, en juicio político, “por mal desempeño de funciones”.

Hoy, con la bendición del exobispo, Leo Rubín acompaña a un personaje con nefasto antecedente, como lo es Efraín Alegre, quien justamente durante el gobierno de Lugo fue ministro de Obras Públicas. Estuvo en el cargo hasta el 2011, cuando fue sacado aparentemente por no acompañar las aspiraciones reeleccionistas del entonces jefe de Estado, porque “Efraudín” (como lo llaman sus propios correligionarios)  también ya aspiraba la silla presidencial.

Asimismo, Alegre fue salpicado por un escandaloso y millonario negociado que tuvo como protagonista al entonces referente del Partido Unace, el senador Jorge Oviedo Matto. Según se dijo en aquel momento, el candidato del PLRA buscaba el apoyo del Unace, porque este partido se quedó sin candidato tras la trágica muerte de Lino César Oviedo.

El gobierno entonces estaba a cargo de Federico Franco y éste habría autorizado el pago a una empresa vinculada a Oviedo Matto, denominada San Agustín SA, G. 46.000 millones por 5.700 hectáreas de tierras ubicadas en el departamento Cordillera.

Según las publicaciones, a todas luces, se trató de un gran negociado que tenía como fondo un acuerdo electoral. Las tierras estaban sobrevaluadas y, para colmo, ocupadas desde hacía tiempo por familias de buen pasar económico.

Después Efraín Alegre fue denunciado ante la Fiscalía por supuestas irregularidades cometidas durante su gestión al frente del Ministerio de Obras Públicas. Según algunos documentos presentados por el sacerdote Pedro Robadín, Alegre habría causado a la institución un perjuicio que rondaba los 30 millones de dólares. Uno de los casos es el de la “ruta de la mentira”, que une los distritos de Caaguazú-Yhú-Vaquería.

Según la denuncia, se llegó a pagar un anticipo de 8 millones de dólares por la obra al Consorcio Cotafel, constituido por las empresas Coinco, Tape Guaraní y Constructora Feldman, pero no se llegó a colocar ni un metro de asfalto. Las constructoras desaparecieron.

Y con éste impresentable se “acomoda” Leo Rubín, que por cierto está más perdido que gusano en fruta de plástico, no sabe hacia dónde disparar. Y así como tampoco tiene propuesta para presentar a la ciudadanía, comienza diciendo que aceptó el desafío de representar a todos los sectores progresistas del Paraguay y agradeció a Lugo, porque supuestamente es uno de los pilares de la histórica Alianza. Pero la realidad es que la primera alianza, Lugo-Franco, fue un fiasco.

“Nosotros no queremos más de lo mismo, queremos una propuesta de cambio que signifique nuestros sueños y la esperanza de tantas madres, de todo el pueblo Paraguayo”, sostuvo Rubín y agregó: “Queremos enterrar el stronismo en las próximas elecciones y abrir las puertas a la esperanza de una patria mejor”.

Sin duda fue una directa alusión al candidato a la presidencia de la República por la ANR, Mario Abdo Benítez. Asimismo, tampoco desaprovechó la ocasión para referirse indirectamente a “Cale” Galaverna, señalando que “nada es casual en este mundo. Todos estamos donde debemos estar. Así como González Daher, otros peces irán cayendo de a poco”, dijo.

En este punto, Leo Rubín debe tener cuidado con lo que va decir. Porque si alguien dijo por ahí que Marito pudo haber crecido en los brazos de “Cale” Galaverna, cuando éste era intendente de Ypacaraí nombrado por Stroessner, Leo Rubín pudo haber tenido también ese “privilegio”. Ocurre que en ese entonces el calesitero Galaverna incursionó en la radio y la televisión en uno de los estudios de radio Ñandutí.

Entonces, ¿por qué no?, en uno de los brazos pudo haber estado Marito y en el otro Leo. Por lo tanto “señor” Rubín no diga lo que no debe, porque puede escuchar o leer lo que no le agrada.

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