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Con la llegada de Juan Carlos Osorio, prevista para mañana, nace la ilusión Albirroja de volver a la Copa del Mundo. Un anhelo frustrado en los dos últimos campeonatos mundiales, después de la espectacular campaña de Sudáfrica 2010. En ese torneo, la enseña paraguaya brilló en el sitial más alto de toda su historia. A eso se apunta en esta nueva etapa de la selección.
ASUNCIÓN.- Si bien no es el primer entrenador colombiano que trabajó en el país, es sí el primero que dirigirá una Selección Paraguaya en la etapa preparatoria para una Copa del Mundo. En general la mayoría de quienes trabajaron en esas etapas fueron argentinos, brasileños o uruguayos.
CARAS NUEVAS
Entre 1958 y 1986, ninguno de los extranjeros que intentaron clasificar a Paraguay lo lograron. Lo hicieron Aurelio González en Suecia 1958 y Cayetano Ré en México 1986. Doce años después Paulo César Carpegiani lograba el mismo halago para Francia 1998. Para Japón/Corea 2002, el que lo consiguió fue el uruguayo Aníbal Ruiz; en 2006, otro charrúa, Sergio Markarián, reemplazado por el italiano Maldini y en 2010 “Tata” Martino.
Hoy Osorio es una cara nueva, como muchas que verá o tendrá que descubrir si desea que este proceso llegue a feliz término. Dijo conocer muy bien el fútbol paraguayo y citó incluso a sus principales referentes de este nuevo tiempo. Aunque se olvidó de algunos, los que citó fueron los más conocidos, de modo que hay que esperar.
ORDENAR LA CASA
Las primeras tareas de Osorio serán administrativas. Instalarse, comenzar a observar los jugadores locales, hacer el seguimiento de los que juegan afuera y programar los primeros encuentros amistosos previos a la Copa América de julio del año que viene. Ya hay una lista de 50 jugadores, excluyendo a los históricos, que fueron convocados en las últimas seis fechas de la eliminatoria pasada.
Estos, más las caras nuevas que van surgiendo compondrán su primer grupo, de entre los cuales elegirá a los 20 que jugarán el primer amistoso, probablemente entre octubre y noviembre.
Además deberá fijar residencia pues llega con su esposa y es ella la que elegirá la casa donde vivir, según se explicó. Vienen también sus colaboradores que se instalarán al menos en el mismo barril. Igualmente, tendrá que elegir a sus colaboradores locales ya que su intención es incorporar a uno o dos asistentes de entre los que componen el cuerpo técnico de las selecciones menores.
Ahora, a esperar que llegue mañana y que ponga manos a la obra. Y esta historia todavía no comienza… aunque ya se encendieron las luces verdes de la esperanza.
