Así están los chicos rescatados en el hospital Chiang Rai.
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Los chicos rescatados se recuperan bien y dieron un emotivo saludo desde el hospital

Las autoridades tailandesas han difundido este miércoles las primeras imágenes en el hospital de los 12 niños que estuvieron atrapados con su entrenador en la cueva de Tham Luang, en el norte de Tailandia, desde el 23 de junio. La operación de salvamento concluyó el martes con éxito en una carrera contra el agua y contra el tiempo y pese a abrumadoras dificultades técnicas. Los cuatro primeros chicos rescatados, recibirán el alta médica el próximo domingo.

TAILANDIA.- “No sabemos si ha sido un milagro, la ciencia o qué. Los 13 jabalíes están fuera de la cueva”, escribían los buzos militares tailandeses, unos de los protagonistas de la operación, en su página de Facebook al finalizar la tarea de salvamento. Los menores deben permanecer al menos una semana en el hospital de Chiang Rai, a unos 60 kilómetros de la cueva.

Tras los primeros exámenes, los ocho primeros rescatados han estado caminando y charlando entre ellos. Y, sobre todo, comiendo. De acuerdo a los responsables del hospital, los menores pidieron constantemente más comida. Inicialmente se les sometió a una dieta blanda, aunque los que llegaron primero ya pasaron a los alimentos sólidos. Lo que ninguno pudo hacer todavía es comer comida especiada, pese a que el picante es uno de los ingredientes característicos de la cocina tailandesa.

Los cuatro primeros chicos rescatados de la cueva Tham Luang Nang Non, en la que estuvieron atrapados durante más de dos semanas junto con otros ocho chicos y su entrenador, recibirán el alta médica el próximo domingo.

El doctor Thongchai Lertwilairattapong, inspector general del Ministerio tailandés de Sanidad Pública, dijo que este primer grupo de muchachos, de entre 11 y 16 años, que salió de la caverna el domingo pasado, ya “come con normalidad y duerme bien, sin necesidad de sedantes”.

Los otros cuatro rescatados el lunes y los cinco que salieron el martes, entre ellos el entrenador, tendrán que esperar una semana para poder volver a sus casas.

Thongchai, señlaó que estas últimas nueve personas también duermen con normalidad, sin necesidad de sedantes, pero que por control, deben permanecer internados.

Los médicos permitieron este miércoles, por primera vez, que los padres de los chicos rescatados el domingo y el lunes pudiesen entrar en la zona del hospital provincial de Chiang Rai, donde están hospitalizados. Pero tuvieron que usar guantes y ambos esterilizados, y mantener una distancia de dos metros.

Los doctores quieren evitar que los rescatados, que tienen las defensas bajas, se contagien de alguna enfermedad que retrase su mejoría.

F2: El instructor Ekkapol Chantawong, el día en que fueron encontrados en la cueva.

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“Gracias por todo el apoyo moral, pido perdón a todos los padres”, escribió Ekkapol Chantawong en carta enviada cuando todavía estaban atrapados en la cueva tailandesa. El sentimiento de culpabilidad era gigante y las críticas desde el exterior no cesaban. Luego del exitoso rescate, el entrenador del equipo es ahora elogiado por su capacidad de mantener la tranquilidad del grupo de niños mientras no sabían si podrían escapar del encierro.

El asistente de 26 años, también llamado Ake, nació en Birmania, se quedó huérfano de padre y madre siendo muy joven y se trasladó a vivir con su abuela. Antes de ser instructor pasó varios años en el monacato budista, experiencia clave para transmitir serenidad a los “Jabalíes salvajes”.

El único adulto del grupo logró mantener la calma de los menores, principalmente durante los nueve largos días en los que no tuvieron contacto con el exterior y no tenían la certeza de que estaban siendo buscados. El hambre y la oscuridad ennegrecían los ánimos y la situación podría haberse descontrolado. Pero cuando llegaron los buzos, encontraron un grupo tranquilo y unido.

Mientras esperaba y observaba cómo los menores eran evacuados en tres grupos, en la superficie eran varias las personas que lo defendían, describiéndolo como modesto, devoto y trabajador. Los parientes no lo señalaron en la carta que le enviaron: “De parte de todos los familiares, por favor cuida a los niños. No te culpes”, le escribieron el pasado sábado. Él juró que les ofrecía “el mejor cuidado posible”.

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