ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- Resultó chistoso el presidente azul, Efraín Alegre. Está tan obsesionado con el presidente Horacio Cartes, a quien no puede hasta hoy perdonar que le haya derrotado en las elecciones generales, que le culpa por la división del PLRA cuando que es él mismo, con sus decisiones arbitrarias, el que ha impulsado la profunda crisis partidaria.
Por lo visto era Cartes y no Alegre quien decidió renovar la conformación de los tribunales Electoral y de Conducta del PLRA, evitando integrarlo con representantes de la primera minoría, el Equipo Joven liderado por Blas Llano.
Y también fue Cartes y no Alegre quien manipuló a la convención partidaria para que decida que 6 diputados del llanismo sean inhabilitados a postularse por el partido a cualquier cargo electivo por un período electoral. También fue Cartes, por lo visto, el que suspendió la convención que debía realizarse el sábado pasado ante el temor de que el llanismo pudiera conseguir mayoría para levantar la sanción a los 6 legisladores.
Esperemos que entiendan que hablamos con ironía, puesto que si no tomamos con humor las estupideces que dice el presidente liberal, nos dejaríamos ganar por el estrés.
Desde su asunción en julio pasado, Alegre ha demostrado abiertamente que no tiene ningún interés en conciliar fuerzas ni conversar con todos los sectores del partido, sino imponer su voluntad a la fuerza y si para ello hace pito catalán a las leyes y al estatuto interno, eso no le quita el sueño. Esto ha hecho que el PLRA viva el quiebre más grave de las últimas décadas, ya que todas las decisiones arbitrarias fueron apeladas por el llanismo ante la Justicia Electoral.
Por eso nos parece un chiste que este mismo tipo, el que llevó a la ruptura a su partido, sea el que acuse al presidente Cartes de ser el responsable de la división entre liberales.
Según Alegre, la intención del jefe de Estado es dividir a los liberales para conseguir que un sector apoye la reelección vía enmienda, cuyo combate ha elegido el liberal como su caballito de batalla.
Lo cierto es que el PLRA no necesita enemigos, con amigos como su presidente, el principal responsable de que las chances del partido para el 2018 se vean en este momento francamente disminuidas.
