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Los eternos autoconsiderados “dueños” del poder en el Partido Colorado que llevan varios años gozando de tantos privilegios en nombre de la centenaria asociación partidaria, con su última reacción al no querer acatar lo resuelto en la máxima convención de los colorados, dan a entender que están tras sus últimas bocanadas. Hoy día corren serios riesgos que se les termine muy pronto tantas mieces, caracterizadas en actos de tantas avaricias para su provecho personal y su pequeño entorno de chupamedias, acostumbrados a realizar tantos abusos, desde los cargos que ocupan en el Congreso Nacional.
Estos son los empotrados en la corriente interna “colorado añetete” de la ANR, encabezados por el senador Mario Abdo Benítez, que pretenden desobedecer el mandato de la máxima autoridad colorada y de cientos delegados convencionales, quienes decidieron de forma institucional hacer cumplir el mandato imperativo de la institución, que lo que se resuelve en el recinto partidario, deben ser cumplidas a raja tabla.
La disidencia colorada desoyendo esta resolución ha decidido presentar ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) un recurso de inconstitucionalidad en contra de la disciplina partidaria, porque no están con el ánimo de apoyar la reelección del actual presidente de la República, Horacio Cártes. Además si se baja en la cancha como folclóricamente se suele decir, saben bien que no tendrán posibilidades de vencer en la interna partidaria.
Es más que un simple capricho sin fundamento en contra de su mismo correligionario presidente del Paraguay, quien con su acertada gestión de gobierno está honrando a nivel internacional al país, cuyo gobierno como bandera de lucha se caracteriza por su implacable lucha a la corrupción y a sus miles de autores.
La convención pasada decidió de esta manera que los mandatos partidarios fueran aplicados como figura imperativa, considerados por los más 900 delegados convencionales que apoyaron su aplicabilidad, con el acertado argumento de respetar la disciplina que debe regir en el seno de la institución partidaria, en este caso dentro de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado.
Con sus reacciones mezquinas, están demostrando que están con la intención de trabar la posibilidad de que Horacio Cartes se presente ante el pueblo elector nacional para un segundo mandato presidencial.
Con sus actitudes, están queriendo cortar la brillante carrera política cuya acertada gestión lo honró durante estos tres años que lleva gobernando la nación. Esta situación constituye toda una pesadilla y temor que los carcomen día a día, ante una eventual posibilidad que Horacio Cartes baje de nuevo al ruedo para competir nuevamente por el sillón del palacio de los López. El actual mandatario tiene asegurado que una vez más en premio a su eficaz gestión seguirá gobernando por otro cinco años más para todo buen paraguayo, a los que desea continuar sirviendo para otorgarles mejor calidad de vida.
Los colorados que siguen al hijo del exsecretario, del dictador Alfredo Stroessner (+), con sus ataques exagerados y con aires de renegados, saben que a la vuelta de la esquina, muy pronto perderán todos sus privilegios sin sentidos,- pasarán en el olvido y serán juzgados por este pueblo al que tanto daño ya les han ocasionado.
Señores de la disidencia, lo mejor sería dar un paso al costado, dar lugar a los que verdaderamente tienen interés por seguir sirviendo a su pueblo, cosa demostrada por el actual titular del ejecutivo nacional de este país.
