ADN Digital
En un tono conciliador, casi paternal, el editorialista de ABC se lamentaba ayer palabras más, palabras menos, acerca de “por qué Cartes no concurrió a la citación de la Comisión Bicameral que investiga el “caso Messer”. Ya que tenía “una brillante oportunidad para aclarar las cosas ante la ciudadanía”.
Planteadas así las cosas, sus manipulados lectores, habrán pensado, ¡cuánta razón! Era una ocasión perfecta para decir su verdad…
Lo que ignora el “predicador del bien” que escribió el mamotreto, en realidad lo que oculta, es que la tal comisión, “la plataforma perfecta para aclarar las cosas”, es en realidad un tribunal de la inquisición montado para inculpar al expresidente en el caso Messer. No es una comisión “anti Messer”. Es una comisión “anti Cartes”. Cada paso que dieron, desde antes de su creación incluso, apuntaba solamente a HC y dirigieron todas sus acciones, indisimuladamente, para llegar hasta “este final momento-cumbre”, en el que quisieron tener al exmandatario postrado ante ellos, declarando como un reo vulgar, en una causa en la que por más que buscaron pruebas concluyentes, no encontraron más que líneas de amistad, nada turbio, ya que el “doleiro” brasileño, a quien jamás llaman por su nombre, sino como “hermano del alma de Cartes”, cometió sus aparentes tropelías sólo, en el Brasil, y en otros paraísos financieros. En realidad, de acuerdo a datos que están saliendo a luz en este momento, según unos papeles que recibió el senador Tony Barrios, el amigo Messer tenía en Paraguay a un verdadero “hermano del alma”. El nunca bien ponderado Aldo Zuccolillo Moscarda, quien ya estará pagando sus fechorías contra el país, en otra instancia, fue su socio de negocios, él sí, a través del Banco Atlas, propiedad de su familia, que en aquella época fungía como Financiera Atlas. Messer compró bonos vía esa entidad y quién sabe que otras operaciones dada la catadura moral y ética, y de la “experiencia” que tenía en estos temas el desaparecido dueño de ABC Color. (Léase denuncia de la Conmebol sobre lavado de dinero).
El predicador del editorial de ABC no dice además que HC tiene fueros desde el momento mismo de su elección, no importa que no haya jurado, según lo sostienen letrados que entienden el tema con total suficiencia. De modo que la acción ante la Justicia no puede tener andamiento si se respetan las leyes, claro que a instancias del poder en este país puede pasar cualquier cosa. Pero a fuer de verdad, HC, el senador más votado en las últimas elecciones, más que cualquiera de los que están ahí ahora, es miembro del Congreso, por la legitimidad de su elección, porque fue la voluntad del pueblo paraguayo de que así sean las cosas y esto es algo sagrado en democracia. El magistrado que se haga cargo de esta acción de política- basura, debe pensarlo muy bien, porque en caso afirmativo atentará gravemente –de nuevo- contra la tan vaqueteada institucionalidad del país.
El pastor del bien que escribió el editorial olvidó también que HC no puede presentarse ante una comisión presidida por un delincuente usurpador, cuasi demente, execrado por su propio padre y acusado de múltiples delitos de corrupción, que ahora aparentemente- por fin- serán investigados por la Fiscalía. ¿Qué tan segura se sentiría por ejemplo, la actual directora de ABC, -a quien le cayó un fardo que evidentemente le queda grande-, si tiene que ser juzgada por su hermana mayor, quien usurpó el cargo que a ella le correspondía legítimamente. Espectacular.
HC además no se negó a cooperar como dice el pastor escribiente. Va a aclarar lo que tenga que aclarar, por escrito, de acuerdo a su investidura. Nada más que eso, la historia de “perdió una brillante oportunidad”, es una bazofia, que cae por su propio peso. Vaya cinismo refinado de los escribas del viejo periódico. Hacen y dicen-escriben-cualquier cosa que acompañe la línea marcada por los patrones. Nos hace acordar de la famosa anécdota del insigne escritor Helio Vera, cuando preguntaba “¿a favor o en contra?”, cuando se le solicitaba un editorial sobre tal o cual tema.
Finalmente, anotamos una vez más nuestra estupefacción por el modo en que ABC mantiene a sus lectores, luego de décadas de llenarles la cabeza de podredumbre, mentiras y falsedades al gusto del patrón desaparecido y de sus retoños ahora. Cómo pueden seguir confiando en lo que dice cuando en incontables oportunidades quedó demostrado que no era cierto lo que publicaron en tapa con titulares catástrofe. Hace poco fueron desmentidos al hilo por el extitular de Seprelad, Boidanich, quien con pruebas al canto les demostró que mintieron y como toda respuesta, no publicaron una línea de lo que dijo. Objetividad que le dicen. Comprometieron también a la actual titular de esa entidad, quien tranquilamente no avaló lo que publicaron, pero ellos siguen y siguen martillando.
Y el mercachifle de su editorialista publica esta sarta de estupideces en pose obispal (¿será Lugo?), contribuyendo a espesar el caldo social que día a día está siendo avivado por el mal gobierno recién asumido.