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ASUNCIÓN.- En la reunión plenaria del Congreso de Partidos Latinoamericanos, que se realizó en nuestro país, y que fuera organizada por Frente Guasu, se discutió el tema de la reelección de Fernando Lugo, quien fue el exponente del tema, como si la comunidad internacional pudiera meterse en el tema.
Aunque Lugo aseguró que no es “ni de izquierda, ni de derecha, ni de arriba, ni de abajo”, lo cierto es que los partidos latinoamericanos que participaron de la reunión son todos de izquierda, aunque se llamen “progresistas”.
Lugo, que fue saludado por el presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal) como el “futuro presidente de la República del Paraguay”, dijo que “uno de los grandes logros del progresismo es hacer política con el corazón, eso marca la diferencia entre los grandes jefes de Estado”.
Aunque el motivo de la reunión era buscar mecanismos que pudieran articular acciones que promuevan un proyecto de integración basado en la equidad y la justicia social entre los países miembros, pronto quedó obvio que la verdadera intención de los organizadores era buscar el apoyo internacional para la delirante interpretación de la Constitución, que hacen los luguistas, por la que afirman que su líder está habilitado para volver a postularse a la Presidencia de la República.
Toda su ponencia se basó en su mandato, el juicio político que lo alejó del poder y la reelección “que le pide la gente”. “Mi impresión es que llegamos con cierta dosis de ingenuidad. Hoy podemos decir hemos cometido errores, pero lo que hemos hecho con nuestras falencias, con nuestras sombras, con nuestras lagunas, el balance final creo que sinceramente es positivo”, señaló.
Agregó que “estábamos jugando en una cancha hostil; siempre comparo que nosotros estuvimos como Jonas en el vientre de la ballena y de ahí fuimos expulsados”.
Refiriéndose a la época de su mandato, donde coincidieron gobiernos de izquierda en la región, afirmó que “siempre digo que nuestra experiencia de gobiernos progresistas ha sido una especie de poner rostros nuevos, vinos nuevos en odres viejos. Y cuando la gente se pregunta por qué estos regímenes progresistas duran tan poco yo respondo porque no hemos cambiado nuestros odres, nos acostumbramos, nos acomodamos”.
El luguismo insiste en que cuando la Constitución prohíbe la reelección, se refiere solo a quien está en la Presidencia en el momento y no a quienes son expresidentes. Parece que tiene el apoyo de los partidos progresistas de la región; lastimosamente, ellos no votan en Paraguay.
