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El auriazul tenía el partido asegurado y caminaba con pasos firmes hacia el triunfo, pero un error garrafal del árbitro José Méndez complicó toda la situación. Ganaba 2-0, con goles de Arévalos y Roa, pero se encontró con un penal inventado que anotó Bogarín, y sufrió lo indecible para sostener el resultado, en los 10 minutos finales del encuentro. El triunfo le permite a Luqueño trepar al tercer lugar, apenas a 2 puntos del líder.
ASUNCIÓN.- La defensa de la punta no suele ser cosa fácil. Cuando un equipo marcha por encima de todos, automáticamente se coloca en la mira de todos y todos quieren convertir la hazaña de derribarlo. Más aún cuando el que lo enfrenta es uno de los que persiguen el liderazgo y una victoria puede significar ponerse a tiro del campeonato. Esa era la situación previa del encuentro entre Guaraní que recibía en el estadio Defensores del Chaco la visita de Sportivo Luqueño.
La lucha por el predominio de ese territorio fundamental para definir un partido que se llama la mediacancha fue en todo momento equilibrado. Pero Sanguinetti supo ordenar mejor el sector, fundamentalmente porque Godoy y Dos Santos entendieron que debían formar un bloque con los centrales, de modo a neutralizar el buen juego de los dos Marcelo: Palau y Cañete.
Pero estos no fueron los abanderados del buen fútbol de Guaraní que suelen ser y pronto quedaron condicionados por sendas tarjetas amarilla por bruscas entradas contra sus rivales. Cañete, incluso, mereció la expulsión porque después de la primera tarjeta, agredió con un puntapié al rostro de un rival, una jugada si no intencional, al menos temeraria, pero el árbitro le perdonó la vida.
Ya, por entonces, Luqueño había golpeado certeramente en una de las pocas incursiones ofensivas que, tras un largo pase sobre la derecha para Di Vanni, permitió que el argentino, tras superar la marca de Bartomeus, elevara un centro pasado sobre el palo más lejano de Aguilar que quedó descolocado. Y entonces apareció Gerardo Arévalos para aplicar un cabezazo que se convirtió en el primer gol del encuentro.
Las cosas se pusieron feas para el puntero porque en el presupuesto no estaba una caída como la anunciada. Y, en el segundo tiempo, Daniel Garnero ordenó que ingresara al partido Hernán Novick para ver si lograba cambiar el rostro de su mitad de cancha y ordenar un poco más las acciones ofensivas. Rodrigo López, salvo un cabezazo al comienzo del primer tiempo, no apareció en ofensiva.
Pero el cambio no fue por López sino por el agresivo Cañete, cuyo descontrol emocional ponía al equipo en riesgo de quedarse con diez. La búsqueda del empate fue el norte que se impuso el cuadro aborigen, en ese segundo tiempo que corría inexorablemente. La derrota y el mismo empate, de lograrlo, ponía en riesgo la punta ya que podrían conquistarla Olimpia o General Díaz, conforme el resultado del encuentro atrasado a regularizarse pasado mañana.
Luqueño se refugió en defensa, consciente de que un contragolpe podría asegurarle la victoria. Una proyección profunda de Sergio Vergara fue neutralizada por Aguilar y en contrapartida, Rodrigo López arrimó peligro, pero remató afuera. Poco después de los 15 minutos, el aurinegro, que ya atacaba con mucha gente, sumó un hombre más al ataque: Guillermo Beltrán, confiando que con su experiencia, podría aportar más que el juvenil Antonio Marín.
El arco Luqueño se le había cerrado al líder, mientras que los contraataques luqueños siempre arrimaban peligro y tenían mucha fortuna. Porque afortunado fue el remate lejano del juvenil Joel Roa, a los 22’ de la etapa final, que embocó el arco, anotó el segundo, y adelantó a Luqueño por 2-0. Cosas del fútbol.
Pero también así se puede decir del penal cobrado por José Méndez, sobre los 39’ minutos. No pareció falta, viendo reiteradamente la acción por medio del televisor. Pero la falta ya estaba sancionada y solo quedaba esperar el desenlace. Y otra vez le tocó definir al joven Rodrigo Bogarín rematando lejos de cualquier posibilidad para Tobías Vargas. Sexto gol de Bogarín, máximo goleador del torneo.
Los jugadores nunca aprenderán que protestar no sirve de nada. Juan Escobar fue uno de los más exaltados y recibió la amarilla. Después del gol de Bogarín, siguió protestando y el árbitro le mostró la roja. Dejando a Luqueño con 10, con un Guaraní hambriento y con 5 minutos por jugar todavía.
Los técnicos movieron sus bancos: entró Ariosa en reemplazo de Arévalos y Vergara se metió de central para suplir al expulsado. Y Chávez reemplazó a Cabral, en Guaraní, para sumar gente al ataque. Cirugía de urgencia que no tuvo consecuencias y el partido concluyó con un prolongado festejo Luqueño, que se pone a dos puntos del líder y seguirá dando pelea en el campeonato.
DETALLES DE LA JORNADA
Estadio: Defensores del Chaco. Árbitro: José Méndez. Asistentes: Carlos Cáceres y Armindo Rojas. Cuarto árbitro: Fernando López. Expulsado: 84′ Juan Escobar (SL). Goles: 19′ Gerardo Arévalos y 67′ Joel Roa (SL); 83′, de penal, Rodrigo Bogarín (G).
GUARANÍ: Alfredo Aguilar; Luis de la Cruz, Robert Rojas, Luis Cabral (85′ Cristian Chávez) y Tomás Bartomeus; Rodrigo Bogarín, Fidencio Oviedo, Marcelo Palau y Marcelo Cañete (46′ Hernán Novick); Antonio Marín (62′ Guillermo Beltrán) y Rodrigo López. DT: Daniel Garnero.
SPORTIVO LUQUEÑO: Tobías Vargas; Joel Roa, Juan Escobar, Joel Benítez y Sergio Vergara; Derlis Alegre (79′ Jorge Núñez), Miguel Godoy, Julio Dos Santos y Víctor Villalba (67′ Juan Núñez); Guido Di Vanni y Gerardo Arévalos (85′ Sebastián Ariosa). DT: Javier Sanguinetti.
