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La fuerza de los chalecos amarillos en Francia doblegó la decisión del presidente Emmanuel Macron y le obligó a suspender la subida del precio de los combustibles. En Paraguay, el presidente Mario Abdo Benítez apoya cada vez con más fuerza la determinación de Patricia Samudio de mantener altos los precios de las naftas. Desde que se anunció el aumento, la titular de Petropar apareció una vez y fue para anunciar la reducción política de G. 150 del gasoil y del gas y explicar que, “no están dadas las condiciones para bajar las naftas”. Desde entonces, Chile bajó cinco veces en cinco semanas, además de Argentina, Brasil, Uruguay y los países del norte del continente. No explica a qué “condiciones” se refiere la funcionaria.
ASUNCIÓN.- El gobierno de Emmanuel Macron, uno de los presidentes más poderosos del primer mundo, después de asistir al G20, en Buenos Aires, enclave en el que se decide la política económica del globo; sin embargo, no pudo con la voluntad de su pueblo y se vio obligado a recular en sus pretensiones de aumentar los impuestos que encarecían los combustibles.
En nuestro país, la dupla Mario Abdo Benítez y Patricia Samudio siguen jugando con la paciencia de la ciudadanía, que hasta el momento intenta manejar la situación con cierta paciencia.
Samudio, apoyada además de sus colegas empresarios del cartel de los combustibles, se niega a reducir los costos de los carburantes para el usuario, bajo el ya destrozado argumento que “no están dadas las condiciones para bajar las naftas”. El en caso del gasoil, bajó G. 150 el litro para intentar acallar los reclamos, pero lejos de lograrlo, las criticas aumentaron.
En cuanto a las naftas, dijo que “en los próximos días podrían surgir novedades”, lo que no aclaró es cuántos próximos días deberán pasar hasta que las mentadas condiciones se den.
Mientras, en todo este tiempo, desde el anuncio de reducción del gasoil, Chile anunciaba su quinta baja de sus precios, Argentina hacía lo propio; Brasil y Uruguay ya estaban vendiendo más barato.
CONSTRUCCIÓN DEL PRECIO
Una publicación de BBC Mundo revela los componentes que hacen a la construcción del precio de los combustibles y que difieren según las condiciones políticas y voluntad de sus gobiernos, además de la predisposición social del empresariado que vende al público.
En la mayoría de los países del mundo, que consume los derivados del crudo, tienen el mismo componente, la diferencia son los porcentajes de cada uno de estos elementos.
Publica BBC Mundo que la compañía brasileña Petrobras destaca que “el precio final de la gasolina, que paga el consumidor, está compuesto por tres partes: una es el precio que establece el país importador o exportador, otra los impuestos que imponga el gobierno y por último el beneficio que le saque el vendedor final”.
A estos tres componentes, en Paraguay se le agrega un cuarto muy arraigado en esta industria, la especulación sobre la base de las influencias políticas del gobierno de turno.
Es lo que prima en este momento en Petropar y de estos elementos es el que más se manipula es el último: el beneficio que le saque el vendedor final.
Explica el recorte periodístico, que “la proporción del factor que tiene un mayor impacto en el precio cambia de país en país”, y según el manejo actual de Petropar, el que más influencia tiene es el “beneficio del vendedor final”, en este caso en connivencia de la compañía del Estado que hace vista gorda en el proceso de regulación de los precios a través de la competencia.
