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BRASILIA, BRASIL.- Las protestas de hoy en las principales ciudades del país generó convulsión a la población. En la capital, el ejército garantizó la seguridad del Palacio del Planalto, donde se encuentra el despacho del presidente Temer. Encapuchados bloquearon caminos y realizaron incendios en Río de Janeiro, como también se registró incidentes en San Pablo.
Los manifestantes levantaron barricadas a lo largo de calles, quemaron muebles de oficina y neumáticos. También han lanzado proyectiles contra la policía antidisturbios, que a su vez desplegó cañones de agua. Hubo además un enfrentamiento en el Aeropuerto Santos Dumond entre activistas y policías, que dispararon gases lacrimógenos y balas de goma, dejando algunos civiles heridos.
En San Pablo hubo quince detenidos por portar elementos para “delinquir” y alterar el “orden”, declaró el secretario de Seguridad Magno Alves Barbosa Filho. Mientras que en Río de Janeiro la paralización de los transportes fue menor al de otras localidades brasileñas, pero el centro de la ciudad se veía inusualmente despoblado por la mañana.
