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Manto de preocupación

La gente sensata, absoluta mayoría en  el país, pero lamentablemente silenciosa, no la habrá pasado del todo bien este fin de semana. Está pensando seguramente qué va a pasar con el desastre que hicieron los senadores en los últimos días de la semana pasada, con el tema de la condonación de la deuda a los campesinos.

Se llame subsidio, refinanciación, reactivación de la “agricultura familiar”, el eufemismo que nos trajeron esta vez, el tema es de nuevo la maldita condonación, el perdón de sus deudas, que si son a consecuencia de reveses con  el clima o con los precios agrícolas, al pelo como se dice vulgarmente, nadie presentaría la menor objeción.  Pero pagar deudas por cualquier cosa y no se sabe esta vez ni a quien, eso es algo monstruoso, que no resiste el menor análisis.

Y los propiciadores de todo este gran tumulto lo saben, lo tendrán bien en claro. Pero no les importa porque lo necesitan. Es tiempo electoral, es plata para la clientela política en su mayoría del Frente Guasu, pero se está gestando también por ahí un ”hijo macho” que pronto va a mostrar las uñas. Es plata para esos punteros, para aceitar a las bases antes de la gran contienda. Y qué mejor que meter la mano en el bolsillo de otros para ello.

La maravilla del mundo: ¡¡¡Que otros paguen!!! No ellos, lograrlo es tocar el cielo con las manos. Y lo están logrando.

Merced a estúpidos, perdón por la palabreja, como el bólido e intrascendente titular del PLRA, Efraín Alegre, quien aparentemente cree que con estas posturas, logrará el “voto campesino” está tan equivocado de aquí a la Luna. Los labriegos lo desprecian profundamente. Tienen una lealtad durísima hacia sus líderes y sus posturas izquierdosas.

Otros que están ciegos por el tema electoral, desesperados porque están en punto muerto son los añeteté, con su “único líder” a la cabeza. Estos sí que son dignos de un estudio psiquiátrico. Atentan día y noche contra las mejores obras de un gobierno colorado, sus propios correligionarios, esos mismos a quienes le van a pedir sus votos en la lejana eventualidad de que ganen la interna. Nada que ver. Están locos.

Muchos dicen y posiblemente con razón que toda esta zozobra, incluso la actual, es obra única y exclusivamente del retoño de “Don Mario” y sus trasnochados seguidores. Si ellos votaban disciplinadamente respetando los intereses del partido por el cual fueron electos, nada de esto hubiera pasado.

Se debe recordar esta actitud traicionera en todos los eventos que surjan para adelante. Defraudaron la confianza. No son dignos de ella.

Así las cosas se inicia una semana movida donde esta maldita entente seguirá atentando contra el futuro económico, nada menos, de este bendito país. A estas alturas no se sabe quiénes son ni cuanto lo que piden. El cuento de los 34 millones de dólares, se quedó sumamente cortito. Se habla de más de 100 millones de la moneda norteamericana, en el mejor de los casos.

Una actitud delictual de los propiciadores de la idea y demencial de quienes los apadrinaron.

¿Por qué ellos no ponen la plata?

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