Mario Abdo Benítez juró como el nuevo presidente de la República del Paraguay. Antes hizo lo mismo Hugo Velázquez, como vicepresidente, y al terminar el discurso presidencial, hicieron lo propio los ministros del gabinete. Asistieron 8 jefes de Estado y varias delegaciones del exterior, además del cuerpo diplomático e invitados especiales.
ASUNCIÓN.- Después de casi 4 meses de haber sido elegido, ayer culminó el proceso de transición con la asunción de Abdo Benítez a la Presidencia de la República. De hecho, se considera que la de nuestro país es una de las transiciones más largas entre el momento de la elección y el del traspaso de mando.
Todos los actos de ayer se realizaron con puntualidad, tanto la entrega del bastón de mando, por parte de Horacio Cartes, en el Congreso, como el juramento de las nuevas autoridades y el acto protocolar que siguió al mismo.
Todo el proceso del juramento del presidente y el vicepresidente, y el primer discurso de Abdo Benítez a la ciudadanía, se realizó dentro de la sesión solemne del Congreso, que fuera declarado en cuarto intermedio a la salida de Cartes y se reinició en la explanada del Palacio de Gobierno.
Estuvieron presentes, además de los legisladores, nuevos ministros e invitados especiales, 8 jefes de Estado y numerosas delegaciones de gobiernos que fueron invitados. Uno de los pocos que no recibió invitación fue Nicolás Maduro, de Venezuela, quien había sido declarado persona no grata por el Congreso de nuestro país.
Los presidentes presentes, a quienes saludó Abdo Benítez en su discurso, fueron Michel Temer, de Brasil; Mauricio Macri y su esposa, de Argentina, Tabaré Vázquez, de Uruguay; Evo Morales, de Bolivia; Tsai Ing-wen, de Taiwán; Juan Carlos Varela, de Panamá; Lenín Moreno, de Ecuador, y Jimmy Morales, de Guatemala.
Abdo Benítez es hijo de quien fuera el secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, de quien lleva el nombre, y se lo considera el representante del stronismo puesto que jamás ha negado su vínculo con la dictadura. De hecho, en su discurso de ayer nuevamente mencionó a su padre, mostrándolo como una persona trabajadora y honesta, ignorando que estuvo procesado por enriquecimiento ilícito al caer el régimen.
Desde la explanada del Palacio hasta la Catedral, Abdo y su esposa se trasladaron en el tradicional Chevrolet descapotable que perteneció a su familia desde 1960, pero que usó el dictador para los actos oficiales hasta su derrocamiento, y que utilizaron casi todos los presidentes de la democracia, excepto Raúl Cubas Grau y Fernando Lugo, los dos únicos que no terminaron su mandato por haber sido sometidos a juicio político. Esperemos que el uso del vehículo haya sido por cábala y no como una señal de que el nuevo presidente intentará revivir el pasado.