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Mario Abdo ya no juega solo

El contenido y tono del discurso pronunciado ayer por Horacio Cartes, durante el plenario nacional del movimiento que lidera, no deja lugar a interpretaciones: Honor Colorado está de vuelta, con una línea definidamente crítica al gobierno, y se halla dispuesto a cumplir un rol de primer orden en el escenario político. Su máxima dirigencia recogió los guantes que le fueran lanzados por Abdo Benítez en reiteradas ocasiones, sea por medio de actos concretos o de desatinadas declaraciones, y hará frente a sus políticas arbitrarias, que van, desde la persecución a funcionarios identificados con el “cartismo”, hasta flagrantes atropellos a la institucionalidad de la República. “Entramos a la cancha desde hoy y les prometo que vamos a ganar”, resaltó HC al final del mensaje a sus seguidores.

Marito y sus principales colaboradores tal vez pensaron que unos cuantos golpes, si bien duros,  serían suficientes para aplastar a sus adversarios internos de la ANR, a quienes ellos consideran enemigos. Algunos diputados y presidentes de seccional, “siempre oficialistas”, ya se habían acomodado rápidamente con los nuevos inquilinos del Palacio de López. Y todos ellos, ensoberbecidos por los golpes que le infringían al exoficialismo en la persona de su propio líder, impidiéndole que jure como senador activo, lo declararon “muerto”, lanzándose presurosos a celebrar el responso.

Pero estaban equivocados, como demuestran los hechos.

Cumplidos los primeros 100 días de gestión, salpicados por escándalos políticos y diplomáticos, fuertes críticas a los nombramientos y ningún resultado que ofrecer, Abdo vio ayer, estupefacto, que el espectro de HC con el cual tiene pesadillas era real, de carne y hueso, que no estaba sepultado, como creía, sino, por el contrario, se apresta a liderar la resistencia al retroceso que de sus manos opera en el país en diversos órdenes.

El expresidente arrancó por una caracterización del actual mandatario, de crucial importancia para la elaboración de cualquier política. Palabras más, palabras menos, dijo que éste prefirió pactar con los enemigos, citando a Desirée Masi y Efraín Alegre entre ellos, en vez de hacerlo con sus correligionarios, a quienes mandó echar. En otras palabras, no es un gobierno del Partido Colorado, sino de una de sus facciones y sectores de la oposición, cuyo único precedente es el registrado durante la inestable presidencia de Juan Carlos Wasmosy.

Un pasaje del discurso que merece ser resaltado es el referido a los supuestos avances en la “construcción de institucionalidad” de la que tanto habla Marito, poniendo énfasis en la reforma judicial, etcétera. “No nos jodamos”, respondió Cartes a tales expresiones, recordándole que de ser así,  no habría impuesto a dos senadores “mau”  (Rodolfo Friedmann y Mirtha Gusinky) que no fueron electos ni proclamados.

Sorprendentemente, desde filas oficialistas las primeras respuestas al acto de sus adversarios fueron tan torpes como todas las “movidas” que viene ejecutando desde el pasado 23 de abril. Uno de los “asesores” de Marito dijo que fue un acto de “rejuntados sin representación”, mientras otro pedía que Cartes fuera expulsado de la ANR. Ni siquiera se organizan para incurrir en torpezas del mismo tipo, pues, si se tratara de “un rejuntado” sin trascendencia, para qué expulsar a su líder? En fin, es parte de la política devenida en comedia.

La primera conclusión que deja la plenaria de Honor Colorado, aparte de su retorno a la escena con HC a la cabeza, es que, a partir de ahora, Abdo Benítez ya no tendrá la cancha libre para hacer lo que quiere, como hasta ahora.

Tendrá en frente a quienes superó en los comicios internos  y, en vez de integrarlos a su proyecto para gobernar con total tranquilidad, quiso enterrarlos.  Se mandó “la gran Pirro”, que se recuerda en las luchas políticas para aludir a “victorias” que terminan transformándose en derrotas, por el muy elevado costo que significan para los vencedores. Algo que Marito tal vez no conozca o que, en su mentalidad y la de quienes le rodean, probablemente resulte imposible de comprender.

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