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El presidente de la Cámara de Senadores, a punto de dejar el cargo, Mario Abdo Benítez (h), últimamente está cometiendo desaciertos tras desaciertos. Aspira a ser el presidente de la República y en ese afán, pacta con Dios y el diablo. Armó una rosca que solo buscó entorpecer los proyectos del Ejecutivo, poniendo palo a la rueda. Recientemente trató de detener el mejoramiento de la ruta 7, a cargo de la empresa Tapé Porã. Esto demuestra que sus ambiciones personales son más fuertes que el bien de todo el país.
ASUNCIÓN.- Mario Abdo Benítez, lleva el mismo nombre de su padre quien fuera el secretario privado del dictador en nuestro país, Alfredo Stroessner (+), que tuvo en la miseria, el atraso y responsable de muchas muertes, le importa poco o nada la situación actual y el futuro del Paraguay.
En junio del año pasado llegó a la presidencia del Senado apoyado por sus colegas de los otros partidos políticos y unos cuantos correligionarios. Desde ahí empezó a maquinar su plan para ir escalando en el mando de poder, tal es así que se postuló para la presidencia del Partido Colorado, pero fue derrotado por el actual titular de la nucleación, Pedro Alliana.
Para llevar adelante su campaña armó toda una rosca en el Senado,aliándose con 14 de sus correligionarios, quienes en todo momento trataron de entorpecer cualquier idea de desarrollo del país y ayudar a los desprotegidos; planes que provenían desde el gobierno de presidente Horacio Cartes.
Ahora las ambiciones personales de Marito escalaron más arriba; quiere ser presidente de la República. En ese afán también está operando para que los proyectos del gobierno también fracasen y en ese sentido se puede mencionar el caso de la empresa Tapé Porã, que busca seguir manteniendo en buen estado la ruta 7, para seguridad y comodidad de los automovilistas y camioneros que se dirigen hacia el Este del país.
Marito no se ruboriza para calificar a cualquiera cuando la situación política no le favorece. En estos días comparó al Congreso con un “Prostíbulo”, lo cual en gran medida es cierto porque en el lugar se comete todo tipo de negociado, pero totalmente bajo su consentimiento teniendo en cuenta que es el titular de la Cámara Alta. Puede también decir que no tiene responsabilidad alguna, porque todo se hace con votación, pero hasta el momento no denunció ni un hecho concreto ante la Fiscalía, para que el o los responsables de los negociados sean investigados por la Justicia.
El presidente del Senado, Mario Abdo Benítez, tampoco se escapa de oscuros manejos del Congreso. Durante la última sesión extraordinaria, ante la vista de todos sus colegas, ordenó a su secretario que “opere” para dejar sin quórum el encuentro, ya que el sector disidente no contaba con los votos necesarios para colocar a sus elegidas en el directorio del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec).
De esta forma el titular del Congreso, quien está a punto de salir, protagonizó un llamativo episodio.
En la actualidad se encuentra en plena campaña electoral con miras a las elecciones presidenciales de 2018. Se habla que su dupla sería Fernando Lugo Méndez, exobispo y expresidente de la República, destituido por el congreso por mal desempeño de sus funciones y actual senador de la Nación por el Frente Guasu.
Analizando todo su andar por el parlamento se puede deducir que a Marito, desde que asumió el cargo en 2013, jamás le importó el bienestar del país ni mucho menos los alrededor de G. 40 millones que percibe como salario, sino cada día aspirar cargos más alto y poner al poder nuevamente los que sueñan con la dictadora, cuyo fiel representante fue su progenitor.
