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ASUNCIÓN.- Desirée Masi ha puesto toda la carne al asador y ha decidido que su único papel como senadora de la Nación es atacar al presidente Horacio Cartes. Ni siquiera se da cuenta de que tiene el techo de vidrio y que pretende exigir en otros lo que quiere evitar a su marido, Rafael Filizzola, imputado por lesión de confianza, o sea, por corrupto.
El mejor escenario que tiene la explosiva e incoherente senadora del PDP, por supuesto, es la sesión de la cámara, así que cada jueves, hasta los periodistas acreditados en el Senado se preparan para algún nuevo show de la señora, aunque siempre el circo gira sobre lo mismo. Le molesta Cartes, le molestan los medios que la critican y le molesta toda persona que no caiga rendida ante sus “encantos” o diatribas y no se embandere con la causa de la presunta inocencia de su marido.
Ayer nuevamente utilizó su banca para atacar al jefe de Estado. Como si hubiera descubierto la pólvora, recordó que Cartes estuvo en Tacumbú durante la dictadura, como si estar preso en la época de Stroessner no fuera más un honor que una vergüenza. Lo que demostró esta señora es que se le ha agotado la artillería. Pero lo peor de todo es que ni siquiera se da cuenta de sus incoherencias.
Pero se las recordó su colega, el colorado Gustavo Alfonso, quien recordó que Cartes se presentó voluntariamente ante la Justicia y fue sobreseído; “muy diferente al marido de la que acusa, que treintena de chicanas judiciales hasta ahora y no se presenta ante la justicia a dilucidar su situación judicial”.
No contento con eso, hizo mención a otra incoherencia más, recordando que Masi había criticado a quienes cuestionaban a su marido cuando él se encontraba ausente y no podía defenderse. “Sin embargo, acá el ausente es el protagonista (Cartes). Yo también entonces tomo eso y voy a dedicarme a los ausentes”, dijo Alfonso.
