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ASUNCIÓN.- La clasificación de Cerro Porteño a los cuartos de final de la Copa Sudamericana quedó en suspenso, ya que la derrota por dos goles sufrida en Bogotá, lo obliga a remontar el resultado y mantener su valla invicta. Lo que le espera es casi un milagro.
Se creía en medios peloteros locales y en especial la prensa especializada que Cerro Porteño podría alcanzar un resultado satisfactorio en el encuentro de ida por la Copa Sudamericana, cuyos octavos de final están en pleno desarrollo. Pero si cuando jugaron, a principios de año por la Copa Libertadores, las cosas le fueron bien, ahora resultaron de la peor manera ya que dos goles son casi decisivos. Y no se trata de cantidad, sino por el juego demostrado por el equipo compatriota.
Lejos del buen desempeño ofensivo en el juego de ida ante Real Potosí y más lejos aún del partido táctico que jugó en las alturas de Bolivia, el equipo de Florentín parecía ido, desconcentrado, adormecido. Y el rival, que no es la gran cosa como podría creerse, se aprovechó de esos errores y consiguió un penal infantilmente cometido por Marcos Cáceres y concretado por Gómez, en el primer tiempo. En el segundo, el mismo Gómez con un tiro bajo y esquinado desde fuera del área anotó el segundo.
Si pensamos optimistamente diríamos que el resultado es “vyro reí” y que es totalmente posible remontarlo. Pero si nos atenemos a lo visto, seguimos pensando que es factible dar vuelta el 0-2 pero creemos también que si eso sucede, será lo más parecido a un milagro. Y en fútbol, los milagros no abundan, lamentablemente.
EL REGRESO
La delegación azulgrana emprendió el regreso ayer a la tarde y hoy arribará a nuestra capital. Los jugadores tendrán día libre hasta mañana cuando volverán a los entrenamientos, en la Olla.
