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ASUNCION. Los nuevos pedidos de juicio político a ministros de la Corte Suprema de Justicia no tendrán andamiento en la Cámara de Diputados, hasta tanto no se termine el proceso de los tres que tiene pendiente el Senado. Con esto, la Cámara Baja evita el circo montado por los senadores con la intención de blanquear a quienes están acusados por varios delitos, entre ellos por mal desempeño en sus funciones y prevaricato.
Hay un juicio político en curso en el Senado, el de Sindulfo Blanco, y aguardan su turno los de Óscar Bajac y César Garay, los tres ministros que fueron acusados por la Cámara de Diputados hace casi un año y medio.
En los tres casos, el sector de izquierda ha dicho que no dará su voto para que los ministros puedan ser condenados por los delitos por los que están acusados, y prueba de ello es que sus representantes han decidido no asistir a ninguna de las sesiones convocadas para el enjuiciamiento de Blanco, el primero que fue sentado en el banquillo de los acusados.
El argumento que dieron para esta decisión es que el enjuiciamiento a los tres ministros no es más que una jugada del presidente Horacio Cartes para poner en su lugar a personas afines a él y que se muestren obedientes a sus órdenes.
En realidad, ha quedado suficientemente demostrado que lo que los opositores no quieren es que puedan ser condenados y separados del cargo los ministros que tienen en sus manos expedientes que los involucra a ellos o a sus familiares en algún delito. Así que todo se reduce a una cuestión de toma y daca: yo te salvo del juicio político y como pago, vos me salvás de lo que la Fiscalía me acusa.
Mostrando una total incoherencia, los mismos que rechazan el enjuiciamiento de los tres ministros mencionados, presentaron un pedido de juicio político contra otros dos de ellos, Antonio Fretes y Alicia Pucheta, y tienen pendiente otro que involucra a Raúl Torres Kirmser y Gladys Bareiro. Lo que esto significa es que tanto el Frente Guasu como el PDP no tienen otra intención más que embarrar la cancha a fin de que todos los ministros sean blanqueados, pero los diputados dijeron nones, con lo que frenaron la turbia jugada de los izquierdistas de la Cámara Alta.
No se iniciará ningún otro proceso hasta que no terminen los tres que están pendientes. Y si finalmente resulta que los ministros acusados son salvados por falta de votos para condenarlo, resultará muy difícil que los casos pendientes sean tomados en serio por la Cámara de Diputados.
