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Alfredo Boccia, analista político, dijo que nada de lo que está sucediendo en el gobierno es sorpresivo y que era previsible que iba a llenar el gobierno con seccionaleros y no con técnicos. Sin embargo, aseguró que todo dependerá de la actitud que tome el presidente contra denuncias de corrupción que afectan a su propio entorno.
ASUNCIÓN.- Qué tenemos de Marito, fue lo primero que se preguntó Boccia. “Un antecedente familiar poco favorable para los que creemos en la democracia, pero también una trayectoria personal que le da ciertas credenciales de convivencia democrática. Su discurso de asunción al mando en el que puso mucho énfasis en la lucha contra la corrupción, y a continuación la decepcionante nómina de acompañantes de su gobierno”, destacando las contradicciones que presenta hasta ahora el presidente. “Con esto ya podemos construir el escenario de expectativas y decepciones previsibles. Las expectativas están por verse. Hasta ahora me parece temprano para juzgarlas, pero existió en las últimas semanas, una súbita activación de procesos que estaban dormidos, juicios que no progresaban y actitudes fiscales que parecen distintas a las que eran la rutina en los últimos años”, añadió.
Manifestó que “ahí va a estar la primera prueba de la sinceridad de sus palabras. Porque sorpresivamente en el caso Ulises Quintana aparecieron figuras de Añetete vinculadas a hechos de corrupción. Y van a surgir otras. Está bien que surjan y hay que ver qué respuestas políticas tendremos de parte de este gobierno respecto a la justicia, la impunidad, etc.”.
“Nada de lo que está sucediendo es sorpresivo. Es evidente que con esta gente no podés esperar otra cosa. Pero mucho va a depender de la actitud de él ante la evidencia de hechos de corrupción, como los que se están empezando a ver. Y eso es a mi modo de ver, apresurado en juzgar. Guardo una prudente desconfianza”, agregó.
Aseguró que “lo otro es tan previsible como conocido, llenar de seccionaleros los cargos públicos que debieran estar en manos de gente más entendida, le van a producir dolores de cabeza como el de caso de Migraciones, el truhan Julián Vega. Habrá otros con seguridad; es cuestión de que la prensa vaya descubriendo”.
“Estamos diseñando un Paraguay demasiado conocido, demasiado visto por todos nosotros, que no va a ser revolucionariamente distinto a lo que tenemos, pero si este hombre logra convertir en realidad su expresión de deseo de terminar con la impunidad pasaría a la historia; lo cual no está nada mal para el hijo de un hombre que ha pasado a la historia de un modo negativo”, concluyó.
