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ASUNCIÓN.– En la última sesión del Senado en diciembre pasado, antes del receso parlamentario, los legisladores decidieron que el proyecto de pérdida de investidura, remitido por Diputados, sería tratado al reiniciarse las sesiones este año, lo que ocurrió en marzo pasado. Sin embargo, nadie parece recordar el tema, lo que hace que el liberal Carlos Portillo siga ocupando su banca en la Cámara Baja con total desparpajo.
La hipocresía de varias bancadas de las cámaras del Congreso es tal, que el Senado no tuvo ningún problema en destituir de su banca a Óscar González Daher, en diciembre de 2017, a pesar de que no existía reglamentación al artículo constitucional de la pérdida de investidura. Sin embargo, en septiembre pasado, cuando se planteó la misma medida para el Portillo, la mayoría utilizó como excusa que no existe reglamentación, por lo cual no se podía someter a ningún legislador a un juicio como ese.
Desde ese momento la cámara dio largas al asunto, a pesar de la insistencia de sectores que repetían que no se podía seguir manteniendo en el pleno a alguien que tiene tan graves denuncias, como Portillo, aunque no es el único, ya que, más graves aún son las que hay en contra del presidente de la cámara, Miguel Cuevas, quien sigue gozando de todo el poder y la impunidad que le dan las bancadas mayoritarias.
Cuando, por fin se logró aprobar un proyecto, que si bien tiene una disposición anticonstitucional ya que establece la mayoría absoluta para resolver la pérdida de investidura de un senador o diputado, por lo menos establece que cada cámara será jueza de sus propios medios, y no como se pretendió antes, pasar esta facultad al Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Con aciertos y errores, por fin consiguió el proyecto la media sanción y fue remitido al Senado, en donde entró en colisión con otro sobre el mismo tema que presentó Rodolfo Friedmann, lo cual complicó las cosas, en lugar de facilitarlas, lo que, supuestamente, había sido su intención. Lo cierto es que no se logró un dictamen de Constitucionales y Legislación, y como ya era diciembre, las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, los senadores prometieron que ni bien se reinicie el período se definiría el tema. Pero pasaron casi dos meses de actividad, y hasta ahora, ningún senador planteó siquiera la idea de que esto pueda ser incluido en el orden del día de alguna sesión próxima.
