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Nicanor el japu, quiere volver

La gente no quería escuchar ni su nombre.  Ni dentro del Partido Colorado ni fuera de él. Nicanor ijapu era uno de sus estigmas. Tenía varios en realidad. Y como ser humano, como político y como presidente de la República, hizo todo lo posible por ganarse el desprecio, la fobia, que llegó a eso, de gran parte del pueblo…que finalmente le dio el gran golpe en el 2008, a su proyecto continuista con su candidata, la “Blanca paloma”, a quien también no le tragó nadie y tuvo que irse a la llanura con el rabo entre las piernas.

Desapareció. No podía hacer otra cosa desde luego. Todos decían que ya era un cadáver político. Posiblemente no contaban con su caradurez. En ese momento, asomaba la nariz e iba a ligar posiblemente un puñetazo, de quienes pasaban por su vereda. Se calló, lo recomendaba la más elemental prudencia, luego se “amigó” con Cartes, con el gobierno, poco a poco salió de ultratumba, se fue como embajador, cometió ya allí sus primeras tropelías y ahora quiere volver con todo. Se convirtió en un crítico de la gestión del gobierno denunciando orondamente males que él jamás pudo controlar durante su malhablado gobierno. Su actitud actual, mordiendo la mano de quien lo rehabilitó, lo pinta de cuerpo entero.

Nicanor es peligroso. Hay que decirlo con todas las letras. Pero no porque sea un gran político, como el cree que es, ni un gran intelectual ni, nada por el estilo, sino porque su inescrupulosidad no tiene límites. Puede hacer cualquier cosa con tal de lograr sus fines. Un retardatario de este jaez, que si por esas casualidades de la historia logra volver a ocupar algún cargo de relevancia en la República, será un completo retroceso. Un político infame de los que abundan en este país, que va a volver a propiciar con entusiasmo el clientelismo político, y las perversas prácticas de corrupción aprendidas de Stroessner, en beneficio de sus “amigos políticos”, entiéndase seccionaleros, familiares, prestanombres y demás, toda una serie de acendradas lacras en la política criolla, que el gobierno actual ha conseguido ir superando sin grandes traumas, gracias a que el presidente Cartes es el primero en dar el ejemplo.

Aunque se suele decir que en este país, nadie gana ni pierde reputación, creemos que él la perdió para siempre. Posiblemente logre aliarse con grupos trogloditas como él, dentro de la ANR, pero serán una absoluta minoría buena para nada.

Nicanor no debe volver. Fue un accidente de la historia. Como el apóstata Lugo, quien también tiene veleidades, no dándose cuenta de que despilfarró para siempre también  la chance que le dio su investidura religiosa, que el hombre profanó sin ruborizarse.

Y si el “japu” persiste en su intento de volver, debería ser “apatukado” para que de una vez por todas, calle su odioso vozarrón impostado, tan despreciado por el pueblo paraguayo.

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