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No es un chiste…

El, a estas alturas, famoso, grupo “palos en la rueda”, conformado por los marioabdistas stronistas, de la Cámara de Senadores, más el luguismo y sus histéricos amigos de la izquierda caviar, encontraron una nueva forma de joderle al sistema democrático representativo y de paso seguir abonando sus demenciales pretensiones políticas para el futuro. Si el retoño de Mario Abdo Benítez, hasta te mira a la cara y habla de que él será el futuro presidente de la República. ¿Cómo?, ¿Dónde? ¿Con los votos de quién? Precisamente de los colorados no será luego de todas las trapisondas que están cometiendo, importunándole diariamente al gobierno del mismo partido al que luego le pedirán los votos. ¿Están locos?

Realmente lo parece.  A estas alturas se han convertido en casi la única piedra en el zapato del oficialismo.  Aparentemente tienen un gabinete de diseño de acciones tipo boomerang, porque siempre sus artimañas le caen de vuelta y se van embarrando mucho más.

Ahora sacaron a luz algo que parecía un chiste a primera vista, algo fruto de una pichadura transitoria. ¿Mba´e pio pea?, se preguntó todo el mundo. Resulta que en la sesión de ayer de la cámara de los desvergonzados, no todos, gracias a Dios, presentaron un proyecto de ley para encuadrar uno de los tantos preceptos constitucionales que habla de que los legisladores no obrarán impulsados por mandatos imperativos de sus partidos.

Aparentemente estos tipos, apremiados por lo resuelto en las convenciones de sus partidos, también en la de los liberales, empezaron a revolver todo buscando una tabla de salvación que les permita seguir con sus jugarretas.

Posiblemente el texto constitucional se refiera a mandatos imperativos con los que los legisladores no están de acuerdo, y uno se pregunta, ¿Si no están de acuerdo con las decisiones de sus partidos?, entonces ¿A qué juegan?

Profundizando el tema, una postura como la que están  asumiendo deja fuera de juego también a las agrupaciones políticas sobre las cuales se sustenta nuestro sistema democrático representativo, como quedó dicho. Socavan entonces los pilares mismos de nuestra democracia.

¿Acaso no fueron elegidos merced al Partido Colorado al que desprecian ahora? ¿Acaso se presentaron como independientes? ¿Acaso no conocían la ejecutoria y trayectoria del partido por el cual fueron ungidos legisladores?  Todas estas preguntas tienen una respuesta inamovible. Sabían en lo que se estaban metiendo.

Ahora quieren ser blancas palomitas que vuelan solas. Mañana querrán volver al seno partidario. Increíble.

La realidad es que se aprestan a resquebrajar la institucionalidad partidaria. A hacer que los partidos sean una cáscara inútil, que los legisladores hagan lo que les dé la gana.

¿Parece sensato? Para ellos todo vale con tal seguir con  su delirante zigzagueo y con la paranoia de aquel que te mira con ojos afiebrados y te suelta: Yo voy a ser presidente… del manicomio quizás.

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