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Primero se debe contratar a la empresa que realizará la auditoría externa, según el diputado Walter Harms, quien dijo desconocer una fecha tentativa para que se inicie la cuestionada auditoría externa que costará 280 millones de guaraníes y que, supuestamente, servirá para detectar a los planilleros de la cámara.
ASUNCIÓN.- Siguen las críticas a la decisión de Diputados de contratar una auditoría externa para investigar a los funcionarios de la cámara y detectar la existencia de planilleros. Más que nada, los cuestionamientos consideran que la millonaria suma que se gastará en esto es un despilfarro puesto que el Estado cuenta con auditores que podrían realizar el trabajo sin que se deba hacer ningún pago extra por ello.
Lo que llama la atención es que, a pesar de que la contratación fue aprobada en la sesión del miércoles pasado, pareciera que el tema no fue suficientemente socializado entre los legisladores, puesto que, por ejemplo, Harms reconoció no saber si ya se había contratado alguna empresa, aunque algunos dijeron que serían de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNA.
Tal parece que este es un negocio de unos cuantos, que vendieron espejitos al resto de sus colegas, con el argumento de que los planilleros cuestan mucho dinero al Estado –algo en lo que coincidimos totalmente- por lo cual decidieron incurrir en un alto gasto de plata para ahorrar, lo que suena bastante incoherente.
Una de las propulsoras de esta auditoría es la encuentrista Kattya González, quien defiende el tema no solo en el plenario sino en los medios de comunicación, y aseguró recientemente que habría alguna amenaza de los funcionarios, de que si no se los blanquea las consecuencias serán graves.
Todo esto despierta dudas porque no hace mucho tiempo ya se contrató una auditoría externa por 500 millones de guaraníes, que detectó a 50 planilleros. Pero, si bien la cámara remitió todos los documentos del caso a la Secretaría de la Función Pública, esta no tomó ninguna acción que solucionara el problema y evite que esa gente que cobra sin trabajar siga figurando en planillas del Congreso como funcionaria.
Así que nadie sabe si este nuevo gasto de 280 millones de guaraníes tendrá una solución efectiva al terrible problema de planilleros y de superpoblación de funcionarios, que hace que hasta las cañerías de la cámara revienten, o terminará en un gran “vyrorei” como advirtió la misma González.
