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ASUNCIÓN.- El proyecto de Ley que autoriza al gobierno para hacer una nueva emisión de bonos del Tesoro, presentado por el liberal Carlos Amarilla, no cuenta con el apoyo de todos los disidentes y opositores, lo que demuestra a las claras que el problema real no era una supuesta inconstitucionalidad sino el malestar del grupete por la buena imagen que el país tiene ante los organismos internacionales.
Según el disidente Silvio Ovelar, disidentes y opositores no están totalmente de acuerdo con el proyecto de Amarilla, aunque él también sea miembro del grupete. Esto fue confirmado por Desirée Masi, y el argumento es que un proyecto de esta naturaleza tendría que tener su origen en el Ejecutivo.
Esto resulta inaudito ya que expertos economistas y constitucionalistas han coincidido en afirmar que el Ejecutivo no tiene ningún impedimento en hacer una nueva emisión de bonos soberanos para pagar los compromisos internacionales, puesto que al estar vigente el presupuesto del año anterior –donde están aprobados los bonos- también está vigente el artículo que se refiere a los mismos.
Pero el grupete armó un escándalo de inmensas proporciones e, incluso, llegó a denunciar al gobierno ante los organismos internacionales a través del presidente del Senado, Robert Acevedo, quien actuó en nombre del Legislativo sin tener la autorización de la Cámara de Diputados.
Estas denuncias no iban a tener ninguna consecuencia para el país, puesto que los expertos internacionales también saben que no hay ninguna inconstitucionalidad en una nueva emisión. Sin embargo, el gobierno decidió intentar un punto de acuerdo, para no aumentar innecesariamente la crispación que existe en el ambiente, ya bastante alterado por el tema de la enmienda.
Por lo tanto, aceptó apoyar el proyecto de Amarilla, pensando quizás que con eso se superaría el impase. Pero he aquí que no todo lo que brilla es oro y dentro del mismo grupete no están de acuerdo con lo hecho por su socio. Resulta gracioso que pretendan que el proyecto lo remita el Ejecutivo puesto que son ellos los que insisten en que es necesaria una nueva ley.
Lo que, en realidad, queda claro es que tantas excelentes calificaciones al país por parte de los organismos internacionales les molestaron de tal manera que armaron todo este despelote solamente con la intención de restar ese apoyo, con la real intención de perjudicarnos a todos.
