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No más paciencia con los cooperativistas violentos

El grupúsculo de cooperativistas que está protestando cada vez con mayor violencia sobre la aplicación del IVA a las operaciones financieras de esas entidades, está jugando con fuego y no cae en la cuenta que colman la paciencia de la gente, que en cualquier momento podría reaccionar de igual manera-con violencia- contra los mismos.

No estamos haciendo una apología del delito, pero estos delincuentes no pueden seguir saliéndose con la suya, tras el caos que protagonizaron en la jornada de ayer, en la que incluso arrojaron petardos contra los edificios circundantes, con muy buena puntería en el caso de la financiera Paraguayo-Japonesa, cuyos ventanales terminaron destrozados y con empleados huyendo despavoridos ante el estrepito de los vidrios rotos y la incertidumbre acerca de lo que estaba pasando.

Y efectivamente, “estaban pasando”, los cooperativistas fashion, con su impopular protesta y no encontraron mejor forma de “hacerse notar”,  que arrojando sus bombas de estruendo contra los locales cercanos, con el consabido resultado.

Lo peor de todo es que están envalentonados con la impunidad de la que disfrutan y anuncian una nueva jornada de protesta para este lunes, de modo que los “pobres infelices” ciudadanos se deben preparar para el caos vehicular consiguiente, en los puntos más críticos, en la hora más crítica, cuando todos están apurados para llegar al trabajo o llevar a los niños al colegio. ¿Qué derecho tienen? Todavía de los campesinos, por la falta de información,  se espera este atropello a la libertad de los demás.  Pero de estos ciudadanos acomodados, que tienen dinero para ahorrarlo en cooperativas, realmente es un insulto, que no debería pasar más desapercibido.

La Policía debería obrar con toda energía este lunes. No permitirles que importunen de nuevo a ningún solo automovilista con su demencial protesta.  La Fiscalía igualmente debe estar lado a lado con los agentes para imputarlos severamente de modo que nadie se atreva nuevamente a efectuar este tipo de “marchas”. Esto es lo que quiere la mayoría silenciosa del país. Que vayan a protestar a las plazas, que se inmolen a lo Bonzo, pero que no molesten a los demás, que nada tienen que ver con su problema.

Lo reiteramos, no debe haber más paciencia. En los medios apareció un tal Loblein, primer ejecutivo de la Cencopan, seguro un adinerado hombre de negocios, muy enojado, instando a la gente a sumarse a su incomprensible causa.

El gobierno no debe dar ni un paso atrás. Que se les aplique el IVA como a Juan Pueblo y listo. Y que sepan que se terminó la paciencia con quienes se están pasando de la raya y que llegó la hora de asumir las consecuencias de sus actos.

 

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