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A Venezuela se le dio un plazo de 4 años para que se adecue a las normas que rigen el Mercosur. Este venció el viernes pasado. Y mientras Nicolás Maduro y su canciller siguen pregonando su Presidencia de facto, no mostraron el más mínimo interés en cumplir con las exigencias jurídicas. No quieren o no pueden adecuarse al bloque, por lo tanto no solo no puede presidirlo, sino ni siquiera pertenecer a él.
ASUNCIÓN.- Los 3 acuerdos que no suscribió Venezuela constituyen la base del ordenamiento jurídico del Mercosur: el Protocolo de Asunción, que es el compromiso de los miembros con la promoción y protección de los derechos humanos, la adopción del Arancel Externo Común (AEC), y el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) Nº 18 de la Aladi.
Solo en la cabeza de alguien que ve espíritus en forma de pajaritos puede caber la idea de que no necesita comprometerse con las bases fundamentales de un mercado común para presidirlo. Y eso parece ser lo que ocurre con Maduro, quien tuvo 4 años para adecuarse a las normas del Mercosur y no lo ha hecho porque no quiso o no pudo hacerlo, vaya uno a saber. De todos modos, no es problema de los demás países miembros, los que no pueden seguir siendo perjudicados por los abusos de poder del gobierno del país caribeño.
Lo que ocurre es que hace cuatro años manejaba la región a su antojo el Socialismo del Siglo XXI, así que los otros miembros querían que la Venezuela de Hugo Chávez integre el bloque como fuera, aunque no tenga la menor intención de apegarse a las normas vigentes.
Pero hoy las cosas cambiaron y la razón ha vuelto a manejar la política exterior de gran parte de los países miembros del Mercosur. Y hoy se pretende que prime la ley y que los conflictos se manejen de manera jurídica y no política. El único que sigue pretendiendo permitir los abusos de Maduro es el gobierno de Tabaré Vázquez, en Uruguay, pero los demás países, Argentina, Brasil y Paraguay han asumido la tajante postura de que si Venezuela quiere seguir perteneciendo al bloque deberá comprometerse con los tres temas pendientes.
El martes 23 de agosto se tomará, por fin, una decisión sobre la situación de Venezuela y su permanencia en el Mercosur. Hasta entonces deberemos seguir aguantando las patoteadas de Maduro y su canciller, Delcy Rodríguez, quienes siguen pensando que presiden el bloque, cuando que ni siquiera son miembros.
