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No tan vyrorei

Aunque a primera vista pareciera que la reunión entre el presidente y los senadores añetete fue casi social, en donde no se tomaron decisiones importantes que tuvieran que ver con los temas fundamentales que están en este momento ocupando la atención de la ciudadanía, la cosa pareciera no haber sido tan superficial.

El mismo vocero de la reunión, Enrique Bacchetta, quien intentó por todos los medios dar a entender que “no pasó nada importante” y que no se tomaron decisiones ni se tocaron temas conflictivos, fue el que dio la pista de que sí hubo algo que se tocó y fue la actitud de varios oficialistas, la semana pasada, cuando cuestionaron la política educativa del gobierno.

Según el vocero, lo que hicieron los senadores ayer fue decirle al jefe de Estado que están contestes con sus acciones de gobierno y que apoyarán cada una de ellas, lo que deja a las claras que se acabaron las críticas del oficialismo del Legislativo hacia el gobierno y, probablemente, también hacia los integrantes del gabinete.

Si interpretamos esto en su exacta dimensión, varias cosas cambiarán desde ahora, aunque Bacchetta insistió en que Abdo Benítez no tiene un liderazgo fuerte y no le gusta imponer decisiones, sino lograrlas por consenso. En primer lugar, seguramente los senadores y diputados de Añetete dejarán de criticar a integrantes del gabinete, especialmente a Eduardo Petta, ministro de Educación, a quien, el jefe de Estado, no parece dispuesto a destituir a pesar de las críticas, denuncias y malas referencias que se tienen todos los días en los medios de comunicación.

El vocero no quiso ayer dar su opinión sobre Petta porque, dijo, no quería confundir a la ciudadanía ya que era vocero de la reunión y allí no se tocó el tema. “Si quieren mi opinión sobre el tema pregúntenme el jueves, en mi banca”, dijo muy seguro y como dando a entender que seguía manteniendo las mismas críticas hacia el ministro, aunque le acababa de prometer al presidente el apoyo total a sus actos de gobierno.

Que el presidente no tiene un liderazgo fuerte –algunos piensan que carece de liderazgo de cualquier tono- no es una novedad, y ayer nuevamente parece haber quedado demostrado al no haber tomado una decisión sobre ningún tema que acapara la atención en este momento, como el juicio al contralor Enrique García, en donde la bancada añetete parece estar bastante dividida.

Pero si fuera tan pererĩ, no habría surgido la necesidad de ratificar la lealtad hacia él y sus actos de gobierno, salvo que esta no sea más que una pantalla para tapar la poca incidencia que tiene el presidente en sus senadores, que se muestran con frecuencia retobados y poco propensos a recibir directivas de nadie.

El martes que viene volverán a reunirse y, lo más probable, es que otra vez nos digan que no se tomaron resoluciones. A estas alturas ya sentimos como que nos toman del pelo, y lo que hacen, en realidad, es ocultar a los medios y a la ciudadanía lo que realmente ocurre en esos encuentros.

Pero no será del todo complicado averiguarlo. Bastará con ver mañana cómo se comportarán el líder de bancada y sus miembros.

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