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El diario estadounidense The New York Times, en un editorial, defiende la ponencia paraguaya de adoptar una posición más dura con relación al gobierno del presidente Nicolás Maduro de Venezuela. Sostiene que esta posición firme va a beneficiar a la democracia del hemisferio.
En el país caribeño existe una grave crisis política que ya desencadenó en un conflicto social que se va agravando cada vez más. A continuación, el texto completo (traducción libre) del editorial del mencionado medio de EE.UU.
“Este verano (en EE.UU.), Venezuela estaba a punto de asumir la presidencia rotativa del Mercosur, un bloque comercial que incluye a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Pero ante la insistencia de Paraguay, los jefes de Estado del Mercosur están considerando bloquear a Venezuela, al menos temporalmente, citando el desgaste democrático en ese país.
Esto demuestra que los países vecinos están empezando a adoptar una línea más dura contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuyas políticas autoritarias e imprudentes han sumido a su país en una crisis económica y política. Esta es una continuación de una audiencia realizada el mes pasado en la Organización de los Estados Americanos, en Washington, durante la cual el secretario general, Luis Almagro, criticó al Sr. Maduro por usar los tribunales, en donde junto a sus aliados, para contra atacar al Parlamento controlado por la oposición y para detener arbitrariamente a los presos políticos.
La gobernabilidad democrática es un requisito para ser miembro del Mercosur. El bloque suspendió brevemente a Paraguay en 2012 por la destitución del presidente Fernando Lugo a través de su Congreso, que algunos líderes de la región vieron como un golpe de estado. Paraguay sostiene ahora, con razón, que el rechazo de Venezuela hacia los principios democráticos no puede ser pasado por alto.
“Usted puede ser elegido democráticamente, pero pierde legitimidad con el tiempo a través de sus acciones”, dijo en una entrevista el canciller de Paraguay, Eladio Loizaga Caballero. “No podemos tolerar ninguna acción que silencie las voces disidentes a través de procesos judiciales” que son injustos.
La creciente condena internacional hacia el gobierno del Sr. Maduro se presenta en el marco en donde políticos de la oposición realizan un proceso constitucional (revocatorio) en donde se busca acortar su mandato. El presidente parece decidido a bloquear el referéndum. En lugar de tratar de encontrar un terreno común con la oposición para hacer frente a la creciente inflación y el aumento de la pobreza, el Sr. Maduro sugirió escandalosamente a finales del mes pasado que podría disolver la Asamblea Nacional.
“¿Qué es lo que han logrado ellos en seis meses?”, preguntó el Sr. Maduro en un discurso televisado, en referencia a los legisladores electos en diciembre. “Destrucción. Asamblea Nacional (Parlamento), prepárate para decir adiós a la historia porque tu tiempo se ha acabado”, dijo.
Mientras tanto, las autoridades de Venezuela pospusieron indefinidamente una audiencia de apelación para Leopoldo López, el más prominente prisionero político de la Nación, que está cumpliendo una sentencia de 14 años por cargos falsos.
Mientras que el Sr. Maduro rechazó las críticas desde el extranjero, diciendo que son parte de una conspiración de la derecha, está claramente preocupado por el creciente estatus de paria de su gobierno. Expresó recientemente su deseo de mejorar las relaciones con Estados Unidos, algo que fue entendido como un chivo expiatorio.
No se sabe si la presión internacional fuerte y sostenida contra el Sr. Maduro le hará más responsable y conciliador, pero podría impulsar a los venezolanos que están luchando para lograr un cambio pacífico.
Los líderes del Mercosur y los gobiernos aliados pueden pedir al Sr. Maduro que tome medidas básicas para evitar un mayor escarnio internacional. Estas medidas podrían incluir la liberación inmediata de todos los presos políticos, lo que permitirá el referéndum (revocatorio) tenga lugar este año y que permita la entrega de ayuda humanitaria en las zonas afectadas por la escasez de alimentos y medicinas. Una posición firme y con principios beneficiaría a todo el hemisferio.
