Figuras cuestionadas y desgastadas del PLRA, el principal partido de oposición del país.
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Oposición insiste en su error y sigue apostando a candidatos perdedores

La oposición vuelve a cometer el mismo error del 2013, como si estuviera más interesada en perder las elecciones que en ganar el poder, al cual accedió solamente en el 2008 y con un candidato independiente. Esta terquedad de volver a apostar a un candidato claramente perdedor, como Efraín Alegre, es algo que pareciera no tener lógica alguna.

ASUNCIÓN.- Alguna vez los sectores de oposición tendrían que hacer un análisis del papel que cumplieron durante estas 3 décadas, en que las libertades públicas estuvieron garantizadas y ellos tuvieron todas las posibilidades de crecer y formar líderes que luego pudieran acceder al gobierno, con programas creíbles y trayectorias impecables.

Pero no lo hicieron. Y esto no puede ser ignorado. En el 89, el Partido Colorado parecía estar desgastado, más que nada por haber apoyado a la dictadura durante 36 años. Sin embargo, hasta el 2008, quienes llegaron a la Presidencia de la República fueron candidatos de la ANR, ante quienes los propuestos por la oposición fueron totalmente incapaces de ganar.

Y cuando, por fin, lo consiguieron y lograron llegar al poder, lo hicieron con un outsider, alguien que jamás perteneció a ningún partido político. De hecho, podríamos asegurar que las 3 únicas veces que la oposición venció al Partido Colorado lo hizo con candidatos independientes: En 1991, Carlos Filizzola ganó la intendencia de Asunción; en el 2008, Fernando Lugo, la Presidencia de la República, y en el 2015, nuevamente la Municipalidad de Asunción fue ganada por un independiente, Mario Ferreiro.

Cuando hablamos de la oposición, nos referimos más que nada al PLRA, el segundo partido más grande y con mayor cantidad de afiliados del país, después de la ANR. Es llamativo que durante todos estos años, los liberales no hayan podido convertirse en una alternativa creíble, como sí se mostraban durante la dictadura, mientras eran perseguidos por el régimen stronista.

La única vez que el PLRA le ganó a la ANR en estas décadas fue en el 2000, cuando Julio César Franco venció a Nelson Argaña para el cargo de vicepresidente de la República. La siguiente vez que los liberales consiguieron manotear el poder fue por la ventana, cuando el vicepresidente de Lugo, Federico Franco, impulsó el juicio político en contra del presidente y se quedó con el cargo. En ambos casos, la opinión ciudadana fue que ambos liberales hicieron un pésimo papel en el poder.

Sirva esto de antecedente para destacar que lo negativo y poco atrayente que fue la oferta electoral de la oposición en general, vuelve a reeditarse en esta ocasión, con un candidato ya probado y gastado, como Alegre, y otro outsider sin trayectoria ni logros conocidos, como Leo Rubin.

LEO, ¿QUÉ?

Leo Rubín, candidato a vicepresidente.
Leo Rubín, candidato a vicepresidente.

Hay gente que solamente destaca en la vida por ser “el hijo de fulano”. Es exactamente esto lo que ocurre con el candidato de la alianza “Ganar” a la Vicepresidencia de la República. Leo Rubín es el hijo del famoso dueño de Radio Ñandutí, Humberto Rubín, y agarrado del saco de su papá se convirtió en conductor de un programa en la emisora, que es lo único que se sabe que haya hecho alguna vez.

Lo cierto es que “Leíto” nunca se destacó por nada. No se le conoce ninguna trayectoria ni política, ni social, ni se lo vio nunca involucrado en luchas de reivindicación de algún sector. Alguna vez se dijo que es el hijo más “socialista” de Rubín, aunque su lucha siempre fue hecha desde la comodidad del estudio de la radio de papá.

Es cierto que ser hijo de Rubín a su hermano Hugo le sirvió bastante, porque le permitió acceder a una banca en la Cámara de Diputados. Pero de allí a pretender integrar la dupla presidencial hay un largo trecho.

¿Qué es lo que puede aportar Leo a la campaña? ¿Qué conocimientos aportará en el gobierno, en el caso de que la alianza gane las elecciones de abril? ¿Qué habla bien…? Ni tanto.

EFRAÍN, PERSONAJE GRIS Y ANTIPÁTICO

Hace unos días se publicaron fotos del presidenciable de la alianza opositora Ganar, Efraín Alegre, con un mazo de lechuga en la mano, intentando aparentar desinhibido y espontáneo, pero las poses más parecieron un chiste que otra cosa. Es que el liberal es lo más opuesto a su apellido, es un personaje gris, triste, antipático, que no despierta ningún sentimiento de empatía en la ciudadanía, salvo esa que forma parte del grupo fanático liberal que lo apoya por lo que pueda sacar de él.

De hecho, Alegre solamente “brilló” cuando era ministro de Obras Públicas de Fernando Lugo, por la famosa “ruta de la mentira”; esto lo dicen sus propios correligionarios, quienes no le perdonan que desde que asumió la Presidencia del partido, lo único que hizo fue perseguir a los sectores de la disidencia liberal, amenazando, e intentando, varias veces expulsarlos del partido.

Pero su apatía debe ser contagiosa; de lo contrario es inexplicable que la oposición insista en un personaje tan gris para apostar por él para la Presidencia de la República. Ya lo hizo en el 2013, cuando estuvo acompañado en la dupla presidencial por otro “simpático”, Rafael Filizzola. Por supuesto, la chapa opositora fue basureada por la colorada, de Horacio Cartes y Juan Afara.

Increíblemente, otra vez la oposición optó por Efraín para competir con los candidatos colorados. Es obvio que hay gente a la que le gusta tropezar más de una vez con la misma piedra.

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